Vitoria. Una de las muñecas más mortíferas que contribuyó en su día al imparable crecimiento del Baskonia se corta la coleta. Con la friolera de 44 años y ya sin el tono físico ideal ni tampoco la imprescindible ilusión para prolongar su carrera en una competición de rango menor como la argentina donde estaba dando sus últimos coletazos, Juan Alberto Espil renuncia definitivamente a ejecutar esos plásticos triples que tantos rivales sufrieron durante su ciclo en la capital alavesa entre los años 1996 y 2000. Tras 24 temporadas en activo y con una edad propicia para ejercer como padre de sus compañeros en cualquier vestuario, le ha llegado la hora de colgar el fusil. Su emotiva retirada se produjo la noche del pasado miércoles justo tras su último partido oficial en Mar del Plata con el que era su equipo, el Weber Bahía Estudiantes. La derrota en el quinto y definitivo choque de cuartos de final por el título de la liga albiceleste, sellada por el Peñarol por un contundente marcador (88-67), sirvió para decir adiós a un jugador que ha dejado tras de sí una huella de profesional intachable en todos los lugares donde ha militado.

Con todo el Polideportivo Islas Malvinas de Mardel puesto en pie, Espil abandonó la cancha a dos minutos para la conclusión. El partido se interrumpió justo después de que anotara su último punto gracias a un tiro libre. Su técnico, José Luis Pisani, le retiró para que recibiera el merecido tributo de todos, especialmente de su compañero Pepe Sánchez y el técnico rival Sergio Oveja Hernández. Con los ojos llorosos y embargado por la emoción, el exbaskonista quiso agradecer agradecer desde el centro de la pista los gestos de reverencia. Aunque se convirtió en el play off en una amenaza para el Peñarol, al que endosó 21 puntos de media en las dos victorias de su equipo, los aficionados locales le tributaron una sonora ovación con la que premiaron una de las trayectorias más longevas que se recuerdan en el mundo de la canasta.

Espil es, ante todo, un baloncestista respetado que apenas se ha forjado enemigos durante todos estos años. Los jugadores del Peñarol le obsequiaron al término del choque con el balón de su último encuentro. "Es una decisión tomada con tranquilidad. Uno cuando hace las cosas bien, toma una decisión y la respeta, lo deja tranquilo. Me voy contento, orgulloso de mis compañeros y de la ciudad", fueron sus palabras posteriores. El escolta nacido en Bahía Blanca seguirá muy ligado al mundo del baloncesto, ya que a partir de ahora desempeñará el cargo de director deportivo del Weber Bahía Estudiantes. Además de sus cuatro temporadas en el antiguo Taugrés, también vistió en la ACB la elástica del Joventut (2001-03), Ricoh Manresa (03-05 y 07-08), CB Tenerife (05-06) y Iurbentia Bilbao (06-07). Como integrante azulgrana, conquistó una Copa del Rey y un subcampeonato liguero. Durante más de una década en España, consiguió la friolera de 1.689 triples.