Vitoria. Si el aficionado baskonista era en su día capaz de recitar de carrerilla a todos los integrantes del quinteto inicial, hoy en día le abandera la confusión. Adivinar las piezas que pondrá en liza Ivanovic a las primeras de cambio para contrarrestar al rival de turno se ha convertido en una tarea para osados. Y es que el preparador montenegrino, al que sus detractores siempre han reprochado su extremada rigidez táctica o su escasa manga ancha para introducir novedosas variantes que contribuyan a instaurar el desconcierto en la acera de enfrente, se encuentra empeñado durante esta temporada en presentar diferentes cincos iniciales amparado en las múltiples posibilidades que le proporciona una plantilla polivalente en la que varios baloncestistas pueden amoldarse a distintas posiciones.

Vistas sus composiciones para el salto inicial, se diría incluso que el capataz balcánico no tiene ningún reparo en reservar de entrada a alguno de sus mejores elementos en el banquillo en esos compases iniciales donde toca madurar los partidos y efectuar una tarea de desgaste sobre las estrellas de los oponentes. De las 28 jornadas ligueras transcurridas hasta la fecha, el de Bijelo Polje únicamente ha repetido en siete ocasiones un mismo quinteto.

Entre que la plantilla baskonista ha contado desde el arranque de curso con la friolera de diecisiete jugadores, varios temporeros han desfilado con más pena que gloria, el tardío ingreso de Maciej Lampe tras su grave lesión en la cadera y la reciente galáctica contratación de Andrés Nocioni, Ivanovic apenas ha optado por mantener una estructura fija que pueda enumerarse de memoria. Aunque ya se sabe que la identidad del quinteto titular suele tener una importancia relativa dada la particular filosofía de los entrenadores más reputados del Viejo Continente. Algunos magos de la canasta como Teodoros Papaloukas siempre han declarado su devoción por salir del banquillo y ser el sexto jugador.

Cuatro asiduos claros Como equipo grande que dispone de numerosas alternativas y un considerable fondo de armario para hacer y deshacer a su antojo, el Baskonia se ha vuelto imprevisible a la hora de oponer de inicio un cinco estable que tenga automatizados todos los movimientos. Un ala-pívot (Teletovic), un base (Prigioni) y dos exteriores (San Emeterio y Oleson) encabezan la lista de jugadores más alineados de inicio con 21, 20, 18 y 17 apariciones. Los siguientes en gozar de la confianza del técnico son Nemanja Bjelica (9), Milko Bjelica (8), Ribas (9), Lampe (8), Heurtel (8) y Nocioni (2). De las piezas que ya pasaron hace meses a la historia en la capital alavesa, Golubovic apareció como titular en seis ocasiones, mientras que Seraphin y Dorsey lo hicieron en cuatro.

No cabe duda de que Ivanovic ha alterado su planteamiento inicial en función del estado de forma de sus pupilos. En la dirección de juego, el bisoño Heurtel comenzó a desaparecer de la escena a partir de la jornada nueve en detrimento de un Prigioni que gobierna los partidos con mayor oficio y sapiencia. En los puestos exteriores, Oleson y San Emeterio han gozado de las preferencias del montenegrino, aunque la condición de secante defensivo de Ribas le ha permitido tomar parte en los albores del duelo con el fin de desgastar al anotador rival. En las inmediaciones del aro, Teletovic ha sido casi siempre un fijo mientras la identidad de su acompañante ha sufrido numerosos bandazos. Desde su vuelta al equipo, eso sí, Lampe totaliza ocho presencias consecutivas como primer espada.

La lógica dice que el mejor equipo posible del Baskonia, el que debería afrontar los momentos comprometidos, estará conformado por Prigioni, San Emeterio, Nocioni, Teletovic y Lampe. Sin embargo, está por ver cómo se recuperará el cántabro de su pubalgia y si Ivanovic dará continuidad en el futuro a su firme apuesta por Nemanja Bjelica como falso cuatro para abrir el campo y disponer así de dos amenazas capaces de desequilibrar desde los 6,75 metros. Lo positivo es que haya buena materia prima donde elegir y, con algunas excepciones, el Caja Laboral podrá competir ante los colosos futbolísticos con los diferentes quintetos que ponga en liza.