Vitoria. Pablo Laso debutó con el Baskonia (entonces patrocinado por Caja de Álava) sin haber cumplido los 17 años. Jugó once temporadas en el equipo de su ciudad natal, donde lo fue casi todo y ayudó a su consolidación en la élite del baloncesto estatal. Ha dado muchas vueltas desde aquel verano de 1995 en el que hizo las maletas y tomó la N-I en dirección a Madrid. Pero siempre ha reservado un espacio en su corazón para el equipo azulgrana, a quien como todos está viendo atravesar un momento difícil en una temporada que se ha complicado mucho desde los albores, con ese cúmulo de inconvenientes que han impedido por el momento a Dusko Ivanovic disponer de una plantilla compensada.
"Está siendo una temporada difícil. Desde el comienzo han tenido muchas lesiones, jugadores nuevos, entrada y salida de algunos de ellos, el cambio de pabellón, que tampoco es fácil... Son muchas cosas", concede Laso, quien sin embargo incide en el hecho de que, salvando la decepción continental, el cuadro azulgrana sigue dando guerra pese a los problemas. "En una temporada en la que todo el mundo dice, y yo el primero, que está siendo complicada, está compitiendo al más alto nivel y su único borrón importante ha sido quedarse el último día fuera del Top 16. Para mí esa es la esencia del Baskonia, un equipo que vive para levantarse. Así lo considero, lo he vivido desde muy pequeño, sé lo que significa y en las temporadas complicadas es en las que hay que analizar más, pensar, crecer. Es una temporada complicada, pero también están haciendo cosas bien".
El Caja Laboral está dando la cara, de eso no hay duda, pero el juego del equipo no acaba de convencer a cierto sector de una afición que ha llegado a dedicar pitos a Dusko Ivanovic. Laso, más por convicción personal que por corporativismo, sale en defensa del montenegrino. "Dudar de Dusko es algo que no lo puedo entender. Es una persona que le ha dado muchísimo al Baskonia, muchísimo, pienso que el club tiene mucho que agradecerle. Creo que la temporada está siendo complicada por todas esas circunstancias, y para mí Dusko sigue siendo tan buen entrenador, si no mejor, como el primer año que llegó a Vitoria. Me hace gracia que la gente pueda tener dudas respecto a él", se manifiesta.
El técnico del conjunto merengue, que ha ido quemando etapas con una tremenda sensatez hasta dar este salto al vacío que por el momento está resultando tan exitoso, se sorprende ante la pregunta de si algún día se ve ocupando el puesto que ahora tiene Ivanovic. Como si nunca hubiera llegado a planteárselo, quizá guiado por el respeto. "No lo sé. Dentro de una carrera deportiva nunca sabes muy bien dónde puedes estar mañana. Cuando yo empecé a jugar, cuando debuté con 16 años en el Baskonia, aquello fue un sueño. Cuando jugaba en San Viator con 9 ó 10 años jamás podía imaginar que pudiera cumplirse. Luego eso se hace realidad, vas cumpliendo otros objetivos, otras metas... El Baskonia es el club en el que he crecido, pero no pienso mucho en el futuro, pienso más en el día a día. Soy el entrenador de un gran equipo, estoy encantado y lo que tenga que ser en un futuro pues será. Pero obviamente Vitoria es mi casa, creo que la gente me tiene cariño porque me ven como alguien normal, cercano, y mi cariño hacia el club es muy grande".