Vitoria. Se ha convertido en uno de los grandes referentes del baskonismo moderno. Su entrega infinita y su carácter sobresalen en un equipo que en los últimos tiempos ofrece más dudas que certezas. Fernando San Emeterio es el alma de este Caja Laboral. El alero cántabro cree en la capacidad de reacción de un equipo en horas bajas. Sabe que el Baskonia dispone de un activo que otros rivales envidian y que puede convertirse en el pilar sobre el que edificar el cambio de rumbo. El autor de la canasta más adicional que supuso el tercer título liguero del cuadro vitoriano, leyenda viva, apela al apoyo incondicional de una afición que nunca falla.
"Siempre nos llevan en volandas, incluso en los peores momentos", se felicitó San Emeterio en una entrevista concedida a la web de la Euroliga. Los miles de corazones que palpitan al ritmo que marca el conjunto azulgrana son, para uno de los mejores jugadores del continente, un recurso que nadie debería olvidar justo ahora que son legión los que dudan de las posibilidades reales de una plantilla que no acaba de ofrecer el nivel que se esperaba de ella.
San Emeterio evoca noches históricas. Citas para la memoria, que son pasado pero que pueden reproducirse en un futuro próximo: "Recuerdo, por ejemplo, el partido de la temporada pasada contra la Cibona. Íbamos perdiendo por catorce puntos y teníamos que ganar por diez. No pararon de animar en ningún momento, nos ayudaron a llegar a la prórroga y pudimos obtener la diferencia que necesitábamos y que luego nos permitió pasar a la siguiente fase. Son muy importantes para nosotros", rememora el alero azulgrana.
El cántabro es consciente de que el Caja Laboral se encuentra todavía demasiado lejos de las expectativas generadas en el seno de una afición que se ha habituado a exigir el máximo a un equipo que ha sabido hacer de la necesidad virtud y pelear con armas más modestas ante rivales todopoderosos. Pero se permite soñar. Y fija su mirada en Estambul, como el pirata de la canción de Espronceda.
"Me encantaría disputar una Final Four, y no sólo por mí, también por este club, que ha estado habituado a disputarla", se descubre el MVP de la pasada jornada de la máxima competición continental. "Antes de que yo llegara, el Baskonia vivió cuatro o cinco consecutivas y este buen momento pasó. Por eso, vamos a intentar llegar de nuevo a la Final Four y, por qué no, de ganarla", pone en palabras sus deseos.
San Emeterio encarna los valores de un equipo al que siempre se le presupuso un carácter especial. El Baskonia, contra lo que muchos puedan pensar, conserva su espíritu indomable y ambicioso. A pesar de que su máximo exponente es un jugador que, confiesa, de pequeño suspiraba por otros colores. "Era aficionado del Valladolid, que era el equipo en el que jugaba", reconoce. "Pero siempre me gustó el TAU, que era uno de los grandes". Con él lo ha sido más todavía.