vitoria. Cuando nadie miraba, justo cuando peor pintaban las cosas, el sindicato de jugadores de la NBA y los propietarios de las franquicias han dado un paso al frente y han sellado un principio de acuerdo que en breve se traducirá en un nuevo convenio laboral que acabará con el cierra patronal que provocó la suspensión del arranque de la temporada. El lockout, ese anglicismo que ha adquirido tintes de familiaridad para los amantes del baloncesto, se desvanece. Y con él, desaparecerán de los equipos europeos gran parte de las estrellas que cruzaron el Atlántico en busca de destinos en los que mantenerse activas y ganarse el pan.

Tras más de quince horas de negociación, jugadores y propietarios confirmaron la fumata blanca. Existe un acuerdo para acabar con este lockout, que se ha prolongado durante casi cinco meses (hoy se cumplen 150 días desde que se decretó). Existe incluso una fecha para que la temporada de la NBA arranque: el 25 de diciembre, día de Navidad, el Madison Square Garden acogerá el primer duelo de una temporada regular que, según el calendario establecido, se comprimirá al máximo para que se puedan celebrar 66 jornadas, 16 menos de lo habitual pero en mucho menos tiempo. New York Knicks y Boston Celtics, dos clásicos, se medirán en el encuentro que supondrá acabar con la situación de anormalidad que ha presidido el baloncesto internacional como consecuencia de este conflicto laboral.

El lockout ha trastocado el baloncesto de manera global. El fenómeno ha trascendido las fronteras de Estados Unidos y ha provocado una situación de irrealidad en algunos casos, con equipos y competiciones completamente alteradas tras la llegada de temporeros de lujo, que ahora va a revertirse. Algunos equipos, sobre todo aquellos que enmendaron sobre la marcha su planificación inicial, lo van a pagar caro. El Baskonia, aunque la composición de la plantilla se apartó de manera casi escrupulosa de este particular fenómeno, también se verá afectado por su inminente resolución.

Goran Dragic y Kevin Seraphin deberán hacer las maletas para incorporarse a las franquicias con las que tienen contrato en vigor. El base esloveno, cuyo fugaz retorno a Vitoria apenas va a bastar para colmar los deseos de una afición que hace un lustro no pudo siquiera verlo ataviado con la elástica azulgrana, retornará a los Rockets. "Muy feliz de que la NBA se reanude y que lo increíble pueda seguir sucediendo. Estaré allí el día de Navidad, fans de los Rockets", celebró la noticia del principio de acuerdo a través de su cuenta de Twitter. Seraphin también se subirá a un avión, aunque su destino estará más al este, en Washington.

Fuentes del club confirmaron ayer a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA que confían en que estos dos jugadores, llegados ambos como sustitutos temporales de los lesionados Williams -que fue cortado este viernes- y Lampe, permanezcan a las órdenes de Dusko Ivanovic hasta "el 8 o 9 de diciembre", por lo que como mínimo podrán disputar dos partidos más, el de este jueves de Euroliga en la cancha del Cantú y el derbi del próximo fin de semana, en el Iradier Arena, frente al Lagun Aro. ¿Qué pasará después? El Caja Laboral deberá acudir de nuevo al mercado para rematar un plantel que hasta la fecha no satisface las expectativas de la directiva que preside Josean Querejeta. El club azulgrana se encuentra explorando ya varias alternativas para reforzar el equipo, toda vez que la inoportuna lesión de Milko Bjelica, la escasa confianza de Ivanovic en Dorsey y la próxima marcha de Seraphin presentan un juego interior carente de garantías. El conjunto azulgrana busca un temporero para dotar de mayor consistencia a su batería de pívots, pero seguramente llegará un fichaje más.

Dejando a un lado a Unai Calbarro, el duodécimo elemento del equipo que maneja en estos momentos Ivanovic, la marcha de Dragic y Seraphin reduciría el número de efectivos a nueve, dos menos de los once con los que se planteó el nuevo proyecto hace unos meses. En este sentido, la dirección deportiva podría buscar un exterior con capacidad anotadora, que ocupe el puesto que Reggie Williams no ha podido ocupar, al margen de un cuarto poste que sostenga al equipo en la pintura hasta la vuelta de Maciej Lampe. El polaco, que podría llegar a convertirse en el gran refuerzo de la plantilla en poco más de un mes, sigue los plazos previstos para su recuperación.

Así las cosas, el Baskonia se verá menos afectado que otros equipos cuyo potencial se ha basado en este arranque de temporada en la aportación de las incorporaciones llegadas como consecuencia del lockout. Es el caso, por ejemplo, del Real Madrid, que contrató a Rudy Fernández y Serge Ibaka, o del Alicante, que ha firmado un excepcional arranque de temporada que lo aproxima un poco más a la salvación gracias a la aportación de su chico prodigio Kyle Singler. La aventura del exbaskonista Tiago Splitter, que tanto dolió a algunos seguidores del equipo vitoriano, también tendrá un final abrupto y efímero.

El final del cierre patronal de la NBA también se dejará notar en las competiciones continentales. Equipos como el Nancy, que al cobijo de Nico Batum ha crecido hasta acariciar el pase al Top 16, el Asvel Lyon, que perderá a Tony Parker, o el Besiktas, del que Deron Williams se despedirá tras anotar la pasada semana 50 puntos en un encuentro de Eurochallenge, perderán gran parte de su potencial.

Sucederá muy pronto. En apenas dos semanas. El lockout se desvanece, y con él las situaciones ficticias que han marcado este irreal comienzo de temporada a este lado del charco. Hoy ambas partes se reunirán para limar los detalles. Habrá que refundar el disuelto sindicato y afrontar algunos trámites más. Pero ya no hay vuelta atrás. La NBA vuelve por Navidad.