vitoria. El Fenerbahce aterriza esta noche en el Iradier Arena exclusivamente centrado en encadenar su cuarta victoria continental consecutiva y aparentemente ajeno a lo que ocurre en la cárcel de Metris, el destino poco deseable en el que puede habitar su presidente durante los próximos años si se confirma su culpabilidad. Mientras el equipo adiestrado por Neven Spahija gana y pierde encuentros sobre la pista con la naturalidad inherente al deporte profesional, su cabeza visible carece de la oportunidad para seguirle in situ, arroparle como debiera y, en definitiva, controlar el día a día del club. Aziz Yildirim, el millonario empresario al frente del tirano del baloncesto turco durante las últimas temporadas, malvive entre rejas en una prisión de Estambul a la espera de que un juzgado trate un turbio caso que conmocionó a Turquía.
Envuelto junto a otros 30 altos directivos y futbolistas del país otomano en uno de los mayores escándalos de corrupción de los últimos años, el máximo dirigente del hoy rival baskonista ingresó a primeros de julio en prisión preventiva tras aducir en primera instancia unos problemas de corazón que dilataron su entrada. De acuerdo a lo trascendido de las escrupulosas investigaciones judiciales, el Fenerbahce figura entre el ramillete de equipos que supuestamente amañó partidos durante la pasada campaña para convertirse en el campeón liguero en su sección de fútbol. Mientras ya han declarado más de sesenta personas ante el fiscal en este proceso a lo largo de los últimos tiempos, Yildirim se halla a expensas de un veredicto implacable que, de confirmarse las peores sospechas, le inhabilitaría prácticamente de por vida para ejercer su cargo y condenaría a pagar una multa astronómica.
La investigación se inició cuando hubo sospechas de amaño en 19 partidos, especialmente los últimos disputados por un Fenerbahce que superó al Trabzonspor en la foto-finish por la simple diferencia de goles tras unos resultados altamente sospechosos. Este hecho, según el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, "ha manchado la imagen de Turquía", por lo que se empezaron a buscar cabezas de turco para evitar nuevos episodios en el futuro.
EXCLUIDO DE LA UEFA Tras haber sido excluido por la UEFA de la presente edición de la Liga de Campeones en beneficio del Trabzonspor y solicitar sin éxito su descenso de categoría como castigo, el Fenerbahce se expone a pagar un alto peaje por los desmanes de este empresario multimillonario cuyo afán de gloria le ha llevado supuestamente a traspasar las barreras de la legalidad. Recién cumplidos los 59 años, Yildirim es un prestigioso ingeniero civil que debió retirarse prematuramente del fútbol con apenas 27 años debido a sus lesiones. Convertido en una especie de Florentino Pérez tras sus éxitos en el mundo de la construcción, su excesiva avaricia le ha conducido hacia un final impensable.
Antes de ingresar en prisión, dirigía con puño de hierro a la entidad otomana desde 1998, momento en que compró la mayoría accionarial y asumió todo el poder tras la dimisión de Ali Sen. En estos años, ha implantado una gestión profesionalizada que le ha llevado al club a consolidarse como uno de los grandes de Turquía. Así se desprende de los numerosos títulos conquistados por todas las secciones bajo su mandato. En baloncesto, el Fenerbahce ha conquistado cuatro de las últimas ligas, además de dos Copas consecutivas, dejando con la miel en los labios al opulento Anadolu Efes. Sin embargo, todo hace indicar que Yildirim será recordado por otras acciones mucho más oscuras y denunciables.