c ualquier scouting previo del Baskonia antes de afrontar la cuarta jornada de la Euroliga, prevista mañana en el Jean Weille, debe pasar irremediablemente por reducir su devastador manantial anotador. En caso contrario, el conjunto vitoriano se expone a un desenlace fatídico y a perder su imbatibilidad continental. Hasta que el lockout de la NBA llegue a su fin, en el modesto Nancy habita una de las figuras más desequilibrantes de la actual edición de la Euroliga que únicamente ha dejado de jugar 136 segundos a lo largo de las tres primeras jornadas. La pieza a minimizar no es otra que Nicolas Batum, un prodigio atlético de 22 años que ha compartido vestuario durante las tres últimas temporadas con Rudy Fernández en Portland Trail Blazers, con quien acaba contrato el próximo 30 de junio de 2012.
Como un buen puñado de jugadores propiedad de la mejor liga del mundo, este fibroso alero nacido en Lisieux decidió no quedarse de brazos cruzados mientras jugadores y sindicatos acercan posturas para desbloquear un conflicto interminable y optó en verano por regresar a su país natal. No lo hace, sin embargo, en el equipo donde dio sus primeros pinitos -Le Mans- antes de ser elegido en primera ronda del draft por Houston en 2008, sino en el Nancy, quien a última hora arrebató a una de las estrellas de la selección francesa al Asvel de Tony Parker. Según medios galos, Batum percibe apenas 16.000 euros al mes con los Couguars -como así se denomina al próximo rival del Caja Laboral- y encima debe lidiar con dos terceras partes de los gastos derivados del seguro contratado en caso de lesión.
El dinero ha quedado, por tanto, en un segundo plano a la hora de concretarse el regreso a su país natal. Como concretó en su día el propio interesado, se trata de "un desafío personal" con el fin de "progresar" como jugador. Una tesitura similar a la del baskonista Kevin Seraphin, si bien en el caso del alero su progresión parece no tener límites tras sus brillantes números (12,4 puntos y 4,5 rebotes) en el conjunto de Oregon durante la última temporada. Dado que el próximo verano se convertirá en agente libre, es probable que no le falten novias a un alero extremadamente ágil y dotado de una potencia física espectacular que constituirá una prueba de fuego para los exteriores del Caja Laboral.
una muerte trágica La repatriación de muchas de las estrellas que lograron la medalla de plata en el pasado Europeo de Lituania -Tony Parker, Boris Diaw, Ian Mahinmi y Ronny Turiaf también compiten hoy en día en la LNB- ha servido para elevar la cotización de la devaluada liga francesa. El Nancy sobrevive gracias a Batum, segundo jugador más valorado tras Andrei Kirilenko y también el segundo máximo anotador -20,3 puntos por encuentro- únicamente superado por el baskonista Mirza Teletovic. Todavía permanece en el recuerdo su colosal exhibición de la segunda jornada ante el Bilbao Basket que le sirvió para adueñarse del MVP.
Antes de convertirse en una estrella de la canasta, igual que otros compañeros de profesión, Batum vivió una infancia compleja. Con apenas 10 años, asistió en directo a la muerte de su padre -otrora jugador con menos clase que el hijo- debido a un repentino ataque al corazón sufrido en pleno partido. Al tratarse de una dolencia con posibilidades de ser hereditaria, el ahora jugador del Nancy se ha sometido a lo largo de estos años a infinidad de pruebas rutinarias para cerciorarse si algún problema coronario podría apartarle de las canchas. En una de ellas durante los workouts previos al draft de 2008, se le detectó una leve dolencia que disuadió a muchas franquicias estadounidenses a la hora de apostar por sus servicios. Un craso error visto su órgano de hierro.