Vitoria. Cuando el Baskonia conoció allá por el mes de julio sus compañeros de baile en la primera fase de la Euroliga, atisbó en primera instancia tres peligrosas piedras en el camino como el Olympiacos, el Fenerbahce y el Bilbao Basket, un clásico dispuesto a reverdecer laureles como el Cantu y, por último, una cenicienta predestinada a ejercer como comparsa. Ésta respondía al nombre del Nancy, que en estos albores de temporada quiere rebelarse contra todas las predicciones que le auguraban una estancia efímera a lo largo de un torneo rebosante de glamour.
El vigente campeón galo, que se ha colado en la máxima competición continental tras doblegar contra todo pronóstico en la última final de la LNB francesa al Cholet, ha revitalizado sus ópciones de éxito de la mano de un impactante fichaje de última hora como Nicolas Batum. Este fibroso alero propiedad de los Trail Blazers, uno de los muchos NBA que han decidido pasear su elegancia por las canchas del Viejo Continente a la espera de que el lockout llegue a su fin de una vez por todas, constituye el principal estandarte de un fiel exponente del baloncesto francés, donde el talento suele brillar por su ausencia en detrimento de otras cualidades atléticas que saltan a la vista debido a la singular musculatura de unos jugadores de goma.
Tras mostrar sus credenciales en el pasado Europeo de Lituania, donde contribuyó de manera decisiva a la impensable plata sellada por Francia, los primeros coletazos de la Euroliga recién iniciada han servido para destapar su versión más incisiva. Dado que acaba contrato el próximo 30 de junio con la franquicia de Oregon, es consciente de que se halla inmerso en un año crucial dentro de su carrera. Segundo jugador más valorado del torneo tras Kirilenko y también segundo máximo anotador sólo superado por el baskonista Teletovic con 20,33 puntos de promedio, Batum mantiene vivas las constantes vitales de un rival asequible ante el que el Caja Laboral no deberá confiarse para mantener su imbatibilidad lejos de sus fronteras e igualar con una nueva victoria su mejor inicio continental que data de la lejana temporada 2002-03.
El Nancy marcha imbatido a nivel doméstico tras ganar sus cinco primeros partidos. La última victoria tuvo lugar (77-92) el pasado domingo en la pista del Asvel de Tony Parker y Ronny Turiaf. En la Euroliga, sucumbió sin paliativos (80-69) en la jornada inaugural ante el Cantu tras derrumbarse en el último cuarto, doblegó (87-73) al Bilbao Basket en su cancha del Jean Weille tras un colosal epílogo de Batum y estuvo a punto de protagonizar la semana pasada una épica remontada (90-86) ante el Fenerbahce, que vivió de las rentas conseguidas en la primera parte.
Jean Luc Monschau maneja una rotación corta de, a lo sumo, nueve integrantes en la que también sobresalen los ala-pívots Victor Samnick y Adrien Moerman, además del base John Linehan -héroe de la última final gala tras su canasta en el último segundo que otorgó el título a su equipo- y el tirador Jamal Shuler. El técnico del Nancy recuperará ante los vitorianos a uno de sus baluartes en la pintura como el nigeriano Akin Akingbala, que no actuó ningún segundo en el último encuentro continental en Estambul, a priori, por decisión técnica.