Vitoria. Al mismo tiempo que vive un presente ilusionante, un club tan inquieto como el Baskonia se ve obligado a orientar la vista al frente y planificar el futuro para mantener intacto su carácter competitivo. Pues bien, el club vitoriano acaba de cerrar con éxito en este sentido una de las operaciones más laboriosas de los últimos tiempos. Tras varios meses de constantes tiras y aflojas, desencuentros que han ralentizado un acuerdo que tan pronto parecía ver la luz como se enquistaba más de la cuenta, Pau Ribas ha cerrado su renovación hasta el final de la campaña 2014-15. Es decir, dos años más del primer vínculo suscrito en verano de 2009 cuando pactó su llegada a la capital alavesa -en dura competencia con el Real Madrid- y que expiraba el 30 de junio de 2013.

Josean Querejeta consigue de esta manera su propósito de retener mediante un contrato de larga duración a otro de los elementos más importantes de la plantilla adiestrada por Dusko Ivanovic. Ribas, de 24 años, engrosa una nutrida lista de la que ya formaban parte Thomas Heurtel, Brad Oleson, Nemanja Bjelica, Fernando San Emeterio y Mirza Teletovic. Todos ellos, cortados por el mismo patrón de la juventud y la ambición por crecer, echarán raíces en el Fernando Buesa Arena si finalmente se cumple lo estipulado, aunque ya se sabe que eso en el Baskonia es una utopía debido a su consabida naturaleza vendedora.

En el caso del exverdinegro, su destajista y rocoso perfil como baloncestista casa perfectamente con las necesidades de la casa. Si bien sus comienzos fueron difíciles e incómodos al verse obligado a ejercer como fiel escudero de Marcelinho Huertas en la dirección de juego, algo en lo que nunca se siente a gusto, Ribas se ha reciclado con el paso del tiempo al puesto de escolta ofreciendo unas notables prestaciones.

Con una innata querencia al sacrificio defensivo y unas buenas aptitudes en ataque gracias a los dividendos de su muñeca, el barcelonés constituye un gregario de lujo muy válido al que convenía seguir manteniendo en nómina de cara al futuro. "Estaba tranquilo porque las cosas iban bien. Alguien se puso un poco más nervioso de lo habitual, pero yo quería seguir y el club que continuara. Así que todos estamos muy contentos. Cuando no tienes prisas para cerrar todo, las cosas son más relajadas y van más lentas", fueron ayer sus primeras reflexiones tras oficializarse el acuerdo.

Reducción de salario Por si fuera poco, su etiqueta de jugador de formación dentro del nuevo marco de contratación vigente en la ACB también realzaba la necesidad de materializar su continuidad. Las primeras divergencias entre ambas partes surgieron cuando el Baskonia planteó tanto a él como a otros componentes del plantel durante el mercado estival un ajuste salarial para amoldarse a los difíciles tiempos que corren hoy en día en el mundo del deporte y de los que el baloncesto no ha podido evadirse. Dicho recorte en sus emolumentos afectaban a ésta y la próxima campaña, por lo que la contraoferta del agente del exterior catalán para gozar de una pertinente subida en los dos últimos años del nuevo contrato no se hizo esperar.

Tras unas arduas negociaciones, la fumata blanca se ha hecho por fin realidad. Ribas, por lo tanto, seguirá disponiendo de la oportunidad de hacerse hueco en un equipo donde, a su juicio, "los minutos están caros" pero que, remarcó, le sienta como anillo al dedo para exhibir sus virtudes. "En su día, hice una apuesta decidida por venir aquí. He estado contento estos dos años, ya que el Baskonia es un equipo que se amolda perfectamente a mi forma de ser y jugar. La gente me ha brindado su apoyo. Son cosas que a un joven como yo le gustan y que le permiten trabajar más cómodo. Los objetivos estaban cumplidos entre las dos partes y, por eso, hubo una intención mutua de ampliar el contrato ", enfatizó el gladiador azulgrana.