nueva york. Las negociaciones entre los dueños de la NBA y el sindicato de jugadores llegaron a su fin después de tres días consecutivos sin alcanzar ningún acuerdo para la firma del nuevo convenio. 112 días después del cierre patronal, el futuro de la mejor Liga del mundo se vislumbra igual de nuboso que el primer día. Después de treinta horas de negociaciones en un hotel de Nueva York con el mediador federal George Cohen, ninguna de las partes cambió su postura con relación a dos asuntos claves del nuevo convenio: el reparto de los ingresos y el tope salarial.

La suspensión de las negociaciones implica que podría haber nuevas cancelaciones de partidos de la temporada regular a partir de la próxima semana y poner en peligro el resto de la competición. El comisionado de la NBA, David Stern, que no pudo asistir a la última reunión por encontrarse afectado por la gripe, había adelantado que si esta semana no se llegaba a un acuerdo, a partir de la próxima tendrían que volver a cancelar más partidos. Adam Silver, el vicecomisionado de la NBA, que representó a Stern en las negociaciones por la mañana con los dueños y por la tarde con el sindicato de jugadores, admitió que el nuevo fracaso en las negociaciones traerá graves consecuencias para el baloncesto.

"Al final, no fuimos capaces de acortar las diferencias que separaban a las dos partes", comentó Silver. "Entendemos las consecuencias que tendrá la situación en la que nos encontramos y nos sentimos tristes por nuestro deporte". Por su parte, el presidente del sindicato de jugadores, Derek Fisher, también reconoció que los profesionales eran conscientes de la repercusión que tenía permanecer sin avances. "Esto no es de ninguna manera algo sobre el orgullo o el ego de los jugadores. En juego está el futuro de muchas personas por la separación que existe entre las dos partes", declaró.

La cancelación de los primeros cien partidos de competición ya ha supuesto la pérdida de 170 millones de dólares en salarios para los jugadores. El asunto del reparto de los beneficios es el mayor escollo que aún no ha podido ser superado, ya que las dos partes reclaman para sí un 53% en comparación al 57% que tuvieron los jugadores en el antiguo convenio colectivo. Silver dijo que los dueños habían hecho de nuevo el ofrecimiento del 50% para cada uno en la reunión del miércoles y los jugadores se limitaron a bajar del 53 al 52,5%. Cohen admitió que las dos partes no fueron capaces de resolver las grandes distancias que les separan en muchos puntos, y que además ambos se defienden sin hacer ningún tipo de concesiones.

"Ante esta realidad, después de estudiar cuidadosamente todos los hechos que han trascendido de las reuniones, bajo mi consideración entiendo que, en estos momentos, no tendría sentido seguir el proceso de mediación que ambas partes habían solicitado", declaró Cohen. Ambas partes siguen pensado que el proceso de negociación es el único camino para conseguir el acuerdo, pero el proceso podría llegar a los tribunales y de hecho ya han presentando demandas por acciones perjudiciales a sus intereses ante el Consejo Nacional de Relaciones Laborales. Así las cosas, lo que parecía el último intento por salvar las negociaciones se ha quedado en agua de borrajas.