Vitoria. Dueño y señor. El shérif. Como un auténtico jefe. Así se comportó ayer Pablo Prigioni en el Abdi Ipekçi. El argentino firmó un partido espectacular. En todos los sentidos. Tanto en defensa como en ataque. Su entrada permitió cambiar el rumbo de un encuentro que, tras sus primeros compases, no tenía buenos pinta para el Baskonia.
Sin embargo, la entrada del de Río Tercero al parqué sirvió para cambiar por completo el panorama. Tras un inicio poco esperanzador y lleno de nubarrones aparecieron los claros. Prigioni dio la luz.
Y es que hasta entonces, un bisoño Heurtel comprobó como se las gastan en la Euroliga. Ukic se lo estaba comiendo. El exbaskonista hacía y deshacía a su antojo. Los números del croata en esos seis primeros minutos de juego así lo confirman: 8 puntos (4/5 en tiros de 2), 2 rebotes, 1 asistencia y una falta recibida para una valoración de 9 puntos.
Una sangría total. Eso sí, en breve la hemorragia quedó cortada de un plumazo con la entrada de Pablo Prigioni. El jefe. El dueño del partido. El playmaker azulgrana asumió el mando. Ya nada sería igual.
Ukic lo comprobó en primera persona. Sus números decrecieron a pasos agigantados con la entrada del argentino. Si al final del primer cuarto su valoración marcaba un excelente registro de diez puntos, al término del choque acabó con sólo 5, lo que supone que desde que entró el argentino firmó un -5.
Prigioni fue el revulsivo. Él lideró junto a Teletovic un parcial de 0-11 en el inicio del segundo cuarto, que permitió al Caja Laboral dar la vuelta a un inquietante 20-12 para ponerse con un 20-23 arriba. Ahí sumó cuatro de los seis robos que consiguió ayer en Estambul y que le permitieron rebasar las 300 recuperaciones en Euroliga, dejando bien a las claras la intensidad que tuvo en defensa el director de juego baskonista.
Eso sí, no sólo su actitud atrás fue encomiable. Y es que el albiceleste, además de estar soberbio a la hora de frenar a sus pares y robar balones, también mostró de nuevo su clarividencia y visión de juego en ataque. El argentino se comportó como un auténtico desatascador. Siete asistencias firmó a lo largo de los casi 30 minutos que estuvo en pista, más que todo el plantel del Fenerbahce, que se quedó en cinco. Algunos de estos pases de canasta fueron claves al llegar además cuando el partido estaba más caliente. Una a Milko Bjelica que puso el 58-61 y otra para que Teletovic anotara un triple estratosférico que casi sentenciaba el partido (62-66) a menos de dos minutos. A Prigioni no le tembló el pulso a la hora de asumir los galones.
Tampoco si tenía que aportar puntos. Cinco logró con unos excelentes porcentajes. Pleno en el único tiro de dos que intentó y un 50% en triples con 1/2. A todo ello, hay que añadir que colaboró con tres rebotes defensivos y forzó cuatro faltas, lo que le permitió acabar con 21 puntos de valoración, la más alta del encuentro junto a Teletovic. Su escudero. El ayudante del jefe.