Vitoria. Kevin Seraphin no podrá decir que no sabía lo que le esperaba. "El Caja Laboral tiene un entrenador que es muy duro. Yo también soy un tipo duro, así que necesito un entrenador igual, que sea duro. Es justo lo que necesito para progresar", aseguró el pívot francés antes de aterrizar en Vitoria para ser presentado como nuevo jugador azulgrana. Como reza el dicho, "cuidado con lo que deseas, porque puede acabar haciéndose realidad". Poco acostumbrado a emular a Cicerón en sus ruedas de prensa, Dusko Ivanovic gusta sin embargo de afilar su oratoria cuando la ocasión lo merece.
Las oportunidades no son muchas pero, cuando llegan, el objeto de su ira puede echarse a temblar. Tal vez por eso, cuando después del partido contra el Gran Canaria el montenegrino sacó su fusil para disparar contra Seraphin, los viejos aficionados baskonistas rezaron sus mejores plegarias para que el galo no acabe convirtiéndose en una víctima de la doctrina duskista. Ésa que dicta que el jugador que ose borrarse de un partido puede ir haciendo las maletas. "Seraphin tenía un pequeño problema en el pie, pero su problema era más de cabeza. Si quieres jugar, juegas sin una pierna, pero si no quieres, te molesta cualquier cosa", espetó Ivanovic. Con todo, no parece que Seraphin tenga que preocuparse por su futuro inmediato. El equipo le necesita, y desde el club vitoriano entienden que la ya famosa frase del técnico hacia su pupilo, quejado de unas molestias en los dedos de un pie, no es más que "un toque de atención".
En realidad, las palabras que Ivanovic dedicó a la que en este arranque de temporada se ha convertido en la gran esperanza azulgrana -al menos mientras se prolongue el lockout-, no son ni mucho menos las primeras que el preparador balcánico lanza contra uno de sus hombres para llamar su atención. Algunos se lo han tomado mejor, otros peor, y unos pocos ni siquiera llegaron a enterarse, pero cuando el sargento de hierro tiene algo que decir, nada le detiene. Muchos son los nombres que durante sus ocho temporadas en el Buesa Arena han recibido los dardos del antiguo abogado nacido en Bijelo Polje. Desde Dejan Tomasevic hasta Dejan Musli, pasando por Pat Burke, Predrag Drobjnak, David Logan, Will McDonald, Mirza Teletovic...
Las muestras son muchas, pero algunas resultan especialmente significativas, como el gancho que recibió el joven Dejan Musli -que cuajó un discreto debut esta jornada con el Fuenlabrada, con apenas tres minutos de juego- pocos días después de firmar un contrato de cinco temporadas con el Baskonia. Fichado con la vitola de haber sido el único pívot capaz de hacer frente al ahora famoso Valanciunas en categorías inferiores, Ivanovic no perdió el tiempo al ser cuestionado sobre la promesa serbia. "Lo que más me ha impresionado de él es que le falta muchísimo", resumió y zanjó. De hecho, cansado de que le cuestionaran sobre él, el técnico llegó a pedir abiertamente a los periodistas que no le hicieran ninguna pregunta más que tuviera que ver con Musli.
Errores y diferencias Lo que nadie cuestiona es que el Dusko actual no tiene nada que envidiar en este aspecto al Ivanovic más duro de sus primeros años en Vitoria. Y si no que se lo pregunten al irlandés Pat Burke, cuya solicitud para viajar a la boda de su hermano en mitad de la pretemporada dejó para la historia una de las citas más célebres del montenegrino. "El primer error fue mío al concederle el permiso para la boda de su hermano. Ahí nos equivocamos. Un jugador que quiere trabajar en serio no está pensando en eso", subrayó al respecto. Unos años después, Marcus Haislip reviviría la situación al solicitar unos días para viajar a su país a ver a su madre enferma en pleno proceso de recuperación tras caer lesionado. Lo que sucedió después, con fuga incluida, fue uno de los grandes episodios de la pasada campaña junto al affaire Logan en Moscú, cuando el escolta se quedó sin jugar tras un viaje relámpago a su país y el posterior traslado a la ciudad rusa. "Queremos jugadores que quieran jugar aquí y que entiendan la filosofía de este club", explicaría después Ivanovic sobre el ahora jugador del Panathinaikos de Obradovic.
Más habituales aunque igual de contundentes son las arengas hacia pupilos que no dan lo que el entrenador del Caja Laboral espera de ellos, que siempre es el máximo en cada partido y entrenamiento. "Fichamos a Tomasevic para que marque diferencias, pero no nos está dando lo que esperamos", llegó a decir sobre el pívot que en su momento formó una contundente dupla en la pintura con Fabricio Oberto. Siempre dispuesto a poner a raya a todo aquel que ose sentirse por encima del resto, las críticas abiertas de Ivanovic poseen siempre una contraprestación. Si el jugador aludido reacciona y trabaja como es debido, o en el caso de Seraphin vuelve a demostrar implicación en el proyecto, el técnico le concederá el perdón y las aguas volverán a su cauce. Así ocurrió con ovejas descarriadas como Scola o Foirest. Y es que ya lo dijo el mítico Stombergas: "Entrenar con Ivanovic es como estar en el ejército, pero cobrando".