vitoria. La temporada 2011-12 echa oficialmente a rodar esta tarde en el rebautizado Iradier Arena con un duelo plagado de alicientes. Con la visita del correoso Cajasol, concebido antes del salto inicial como una alternativa al poderío de los grandes, al Baskonia le corresponde dar el pistoletazo de salida a un curso baloncestístico que emerge como la oportunidad idónea para recobrar el indomable carácter que le convirtió en un bloque temible. Por delante, restan la friolera de nueve meses de competición en los que el equipo de Ivanovic emprenderá una titánica lucha ante el todopoderoso Barcelona en busca de la cuarta corona liguera de su historia.
Tras una pretemporada atípica por los innumerables contratiempos físicos surgidos y, al mismo tiempo, ilusionante debido a las buenas sensaciones que irradia el hijo parido durante el verano por Josean Querejeta, el bautismo en la Liga Endesa se produce ante un incómodo forastero que empezará a medir las pulsaciones del remozado proyecto. No estará Joey Dorsey, pero sí los restantes flamantes fichajes acometidos por el club para virar el rumbo de la aciaga pasada campaña en la que el Caja Laboral se mostró impotente para dar la réplica a los más poderosos.
Posiblemente, haya habido plantillas más rutilantes y talentosas en el pasado que la actual. Sin embargo, emerge la certeza de que Dusko Ivanovic podrá trabajar a gusto con un grupo más hecho a su medida y susceptible de acatar sin problemas su espartana disciplina. Frente a los sevillanos, uno de los que mejor se ha reforzado durante el mercado estival, el coso taurino podrá comprobar las evoluciones de un equipo que en la Supercopa ya dejó muestras de sus interesantes trazos.
difíciles comienzos La rápida integración de Heurtel, las tablas de Prigioni, la progresiva puesta a punto de Williams y la implacable contundencia de Seraphin constituyen, a priori, los perfectos contrapuntos para la estabilidad de la vieja guardia, comandada por un seguro de vida llamado San Emeterio. El preparador montenegrino también confía ciegamente en que Ribas, Oleson y Nemanja Bjelica, ya más acoplados a su ideario, den un paso al frente para acelerar la consecución de la estabilidad soñada.
A nadie se le escapa tampoco que estos albores de campaña no discurrirán por una alfombra roja. Ensamblar a tanta novedad, dotar de una identidad a un conjunto tan cambiado y adquirir el pertinente rodaje representan unos desafíos complejos de materializar a corto plazo. Mientras otros conjuntos pertenecientes a la aristocracia apenas han acometido alteraciones en su esqueleto, el Baskonia ya ha iniciado una contrarreloj hacia la búsqueda de una personalidad que no se consigue de la noche a la mañana. De ahí que la intermitencia en su juego tenga visos de convertirse en un permanente compañero de viaje durante los primeros meses de la competición.
Enfrente estará un Cajasol que aterriza en la capital alavesa como un serio aspirante a inmiscuir su figura en los play off por el título. Si bien no ha podido mantener entre sus filas al multiusos Kirksay, Plaza conserva a varios elementos de su espina dorsal de pasados ejercicios (Calloway, Satoransky, Davis, Triguero) y ha añadido a dos pistoleros de lujo. Sin obviar al incombustible Jasen, el exbaskonista Carl English y Milenko Tepic, cansado de calentar banquillo en el Panathinaikos, aumentarán la munición de un equipo que busca la primera sorpresa de la temporada. De ahí que sea obligatorio afrontar este arranque con las orejas tiesas.