vitoria. Ocho ediciones de la Supercopa y tan solo cinco MVP en sus anales. La culpa de que no haya habido más la tienen jugadores como Splitter que repitió en las ediciones de 2006 y 2007 y Juan Carlos Navarro, sobre todo este último, que con el de ayer ha enlazado tres nominaciones a jugador más valioso del torneo.

El escolta catalán unió ayer tal distinción a las logradas en 2009 en Gran Canaria y el pasado año en Vitoria. La Bomba ha sido clave en los tres títulos consecutivos logrados por el conjunto blaugrana. En todos ellos ha sido nombrado el mejor jugador. En las dos finales anteriores frente al Real Madrid el exterior culé aportó 22 puntos a su equipo. Pues bien, ayer se fue hasta los 24 con unos excelentes porcentajes -66% en tiros de dos (4/6) y 60% en triples (3/5)-, a lo que hay que añadir sus tres asistencias y sus once faltas recibidas para una valoración final de 27.

Navarro fue una pesadilla para los defensores baskonistas que se mostraron incapaces de frenarle durante los casi 30 minutos que permaneció en pista. El escolta blaugrana está en estado de gracia. Oro en el reciente Europeo, donde también fue nombrado mejor jugador.

La Bomba parece tocado por una varita mágica. Ayer, igual que hizo un día antes frente al Real Madrid, lideró un parcial de escándalo para darle la vuelta al partido y cambiar la historia de la Supercopa.

El de Sant Feliú rompió la sequía barcelonista con cinco puntos consecutivos en el último cuarto y lideró ese parcial definitivo de 0-13. Ahí, en los momentos calientes volvió a aparecer el jugador desequilibrante y sin complejos que es Juan Carlos Navarro. No le tiembla el pulso.

Ayer lo volvió a demostrar una vez más. Gracias a ello se hizo con su tercer MVP de la Supercopa. Un trofeo que antes se habían llevado Bodiroga (2004), Scola (2005), el ya citado Splitter (2006 y 2007) y Prigioni, en 2008. Desde entonces, el premio siempre ha caído en las mismas manos, las de Navarro.