vitoria. Reggie Williams, posiblemente la apuesta deportiva y económica más ambiciosa de Josean Querejeta para el nuevo proyecto del Caja Laboral, ya ha iniciado la cuenta atrás para disputar sus primeros minutos oficiales como nuevo integrante azulgrana. El escolta estadounidense, aquejado desde finales de agosto de un esguince en su rodilla izquierda, se encuentra en la recta final de su recuperación y los servicios médicos del club vitoriano confían en que el jugador pueda estar este viernes a disposición de Dusko Ivanovic en el arranque de la Supercopa ante el Bizkaia Bilbao Basket.

El exterior baskonista no ha podido reintegrarse todavía a la dinámica colectiva pese a que el entrenador montenegrino anunció a bombo y platillo el pasado domingo nada más concluir el Trofeo Diputación que ayer era el día señalado en rojo dentro del calendario para que pudiese hacerlo. Sin embargo, sus deseos deberán dilatarse, al menos, durante unas cuantas jornadas más hasta que Williams complete su proceso de rehabilitación y adquiera el tono físico ideal. No en vano, ayer se ejercitó en solitario por la mañana en las instalaciones de BAKH y no tomó parte en la sesión vespertina a las órdenes de Dusko Ivanovic junto al resto de sus compañeros.

El parte médico del club vitoriano cifró en su día en cuatro semanas el tiempo que debía necesitar para reaparecer y el jugador nacido en Baltimore ya se encuentra a punto de cumplimentar dichos plazos. Tras un intenso trabajo de fisioterapia combinado con reposo, el ex de Golden State va quemando paulatinamente etapas y mejorando de su percance. Sus ganas de volver a vestirse de corto también son evidentes, como lo puso de manifiesto su larga sesión de tiro en los prolegómenos del reciente encuentro amistoso ante el Real Madrid pese a su ropa de calle.

Si bien aún es factible que llegue a tiempo de disputar el primer título oficial de la temporada, Williams deberá sobreponerse a su falta de ritmo tras casi un mes alejado de las canchas para erigirse en una figura con cierto peso específico dentro de los esquemas azulgranas. Los responsables baskonistas se remiten a "su evolución diaria" para saber si el norteamericano estará en condiciones de aportar su granito de arena en Miribilla, y también se limitan a subrayar que su concurso no está ni mucho menos descartado.

En cualquier caso, dentro del Baskonia tampoco se quiere asumir excesivos riesgos con una vuelta prematura que pudiese precipitar un agravamiento de su lesión. No en vano, su posición se halla perfectamente cubierta. Durante la ausencia de Williams en los partidos de pretemporada, Pau Ribas y Brad Oleson se han repartido casi a partes iguales los minutos. Ambos se amoldan a la perfección al ideario defensivo promulgado por Ivanovic, pero no parecen en condiciones de discutir en ataque las ingentes gotas de talento del estadounidense, llamado a erigirse en ese killer que tanto se echó de menos durante la pasada temporada debido al inesperado absentismo laboral de David Logan. Tampoco es descabellado que el estadounidense comparta presencia en pista junto a alguno de los dos cuando las exigencias del guión así lo aconsejen. Afortunadamente, su regreso ya es inminente.