Vitoria. El mercado empieza a apretar más de lo deseable en tierras azulgranas. El tiempo pasa y operaciones que estaban prácticamente atadas como la llegada de Richard Hendrix se dilatan más de lo previsto. Josean Querejeta, poco -más bien nada- acostumbrado a adelantar movimientos antes de tenerlos bajo llave, anunció hace dos semanas que el aterrizaje del primer pívot era inminente, pero los días pasan y los seguidores baskonistas siguen comiéndose las uñas a la espera de concretar alguno de los, al menos, dos nombres que vestirán la elástica azulgrana del Caja Laboral 2011-12.
Mientras tanto, plantilla y cuerpo técnico partieron ayer rumbo a Lanzarote para disputar un triangular junto a Gran Canaria y Granada en el que el club esperaba haber podido contar ya tanto con Pablo Prigioni -que aterrizó en Vitoria unas horas después de que la expedición tomara el vuelo desde Bilbao- como con alguno de los dos fichajes previstos. El lunes, el equipo retomará los entrenamientos en el BAKH. Un regreso al trabajo en el que se atisba complicado que Dusko Ivanovic pueda contar ya con un nuevo fichaje, salvo que las negociaciones para cerrar alguno de los diferentes frentes se aceleren en las próximas horas.
Ayer, David Blatt, técnico del Maccabi de Tel Aviv, alzó unos metros más el muro que ha levantado para intentar evitar la marcha de Hendrix insistiendo en que no tiene ningún interés en que éste abandone su disciplina. "Espero que Hendrix se quede y confío en que así sea. Es cierto que nuestra plantilla no está cerrada oficialmente, pero por mi parte sí lo está de manera provisional", explicó el entrenador de la escuadra macabea a la prensa en Lituania, donde ejerce su labor como seleccionador de Rusia.
Una comparecencia en la que no quiso pronunciarse sobre el posible fichaje de Saras Jasikevicius, un movimiento que detendría definitivamente la llegada de Hendrix a la capital alavesa pero que podría allanar el camino a Milan Macvan, ofrecido por el Maccabi al Baskonia para deshacerse temporalmente de una de las fichas más altas de la plantilla hebrea, cuyo rendimiento calidad-precio no ha dado los resultados previstos. Sin embargo, ayer el diario hebreo Walla aseguró que Macvan se ha negado rotundamente a aceptar su salida al Caja Laboral, por lo que el Maccabi está buscando otro equipo al que cederlo.
Con todo, la realidad es que a día de hoy ambas operaciones, tanto Hendrix como Macvan, se anticipan complicadas ante la indecisión de los judíos, conscientes de que el hecho de que el americano prefiera quedarse en Tel Aviv les hace tener la sartén por el mango. El salario de medio millón de dólares que el Baskonia ha acordado con Hendrix -su sueldo en Israel es algo menor- no parece en estos momentos un resorte suficiente para sacarle de un equipo en el que dice sentirse como en casa.
Pero Antic Al mismo tiempo que las conversaciones con el Maccabi, la entidad azulgrana ha seguido escudriñando el mercado en busca de opciones más sencillas, pívots sin equipo que se mantengan a la espera de ofertas atractivas a estas alturas de la película. Un grupúsculo de opciones reducidas en el que el Caja Laboral ha creído encontrar el mejor candidato en la figura del rudo Pero Antic, cuya actuación en el Europeo de Lituania le está llevando de nuevo a la primera plana tras unos años alejado de los focos. El jugador macedonio, que pese a sus 2,10 metros también acostumbra a desenvolverse a voluntad propia lejos del aro, ha despertado el interés de otros equipos ACB, como el Joventut de Badalona, pero no muchos del nivel deportivo del plantel baskonista.
Antic, uno de esos jugadores que cuentan casi con tantos agentes como dedos en la mano, tenía una oferta temporal para recalar en el Buesa Arena con cláusula de corte en caso de que Lampe se recuperara antes de lo previsto, y de hecho el cuadro vitoriano llegó a alcanzar un principio de acuerdo con uno de sus representantes en estos términos. Pero el excelente papel que Antic está realizando en el Eurobasket, con la increíble eliminación de la anfitriona Lituania sin ir más lejos, llevó al jugador a echarse atrás a última hora para renegociar un contrato hasta final de campaña una vez culmine su participación en el torneo continental. Una situación que, por el momento, el Baskonia parece dispuesto a asumir. Salvo que surja una opción más apetecible.