vitoria. A la espera de que al menos dos de sus compañeros -Mirza Teletovic y Milko Bjelica- se incorporen a los entrenamientos a finales de semana -el club espera contar con ellos el viernes- el Caja Laboral trabaja diariamente en jornadas de doble sesión con los escasos efectivos sanos disponibles, aunque alguno de ellos, como Pau Ribas, conoce perfectamente lo que es empezar la pretemporada prácticamente en solitario. "Brad (Oleson) y yo estamos acostumbrados a esto. Comemos juntos, cenamos juntos... Lo hacemos todo juntos", ironizó el jugador catalán tras una sesión matutina rodeado de los habituales temporeros.

Consciente de que su nombre ha ocupado la primera plana en los últimos días ante la posibilidad de que abandonara el equipo, Ribas incidió en que a día de hoy su único deseo pasa por renovar su nuevo contrato -pactado casi en su totalidad a finales de julio- y continuar en un ambiente en el que se siente "muy contento". "Hablamos durante mucho tiempo y poco a poco las condiciones se van acercando. A ver si se acercan ya del todo. El Baskonia apostó por mí en su momento y si ahora quieren ampliar mi contrato es una buena opción para mí", recordó el escolta badalonés, que a cambio de renovar hasta 2015 reducirá su salario durante las dos próximas temporadas, aumentando de nuevo sus emolumentos en las dos últimas. "Si tienes dos años más de contrato y te ofrecen cuatro al final es un contrato distinto. Hace dos años el mercado era de una forma y ahora es de otra. Muchas cosas han cambiado", apuntó Ribas en este sentido.

Salvo giro de los acontecimientos , el nuevo Caja Laboral tendría así tres hombres para compartir la misma posición -Oleson, Reggie Williams y el propio Ribas-. Un lujo poco habitual en la escuadra vitoriana que para el catalán supone un motivo más para trabajar con más ganas si cabe. "No importa cuántos jugadores se fichen, el que mejor lo haga, jugará", zanjó rotundo Ribas.