vitoria. El pasado 26 de febrero Nemanja Bjelica causó baja de forma inesperada poco antes de que el Baskonia se enfrentara al Barcelona en la vigesimosegunda jornada de Liga. Apenas unos días antes, el jugador serbio había disputado once minutos en el triunfo azulgrana frente al Granada en el Buesa Arena, pero en los días previos a saltar al Palau el serbio notó molestias en su mano izquierda y los servicios médicos optaron por darle descanso para tratar lo que por aquel entonces parecía un simple esguince de muñeca. De hecho, tras perderse el duelo contra el Barça, Bjelica regresó a la cancha en los tres partidos siguientes, ante CAI Zaragoza, Power Electronics Valencia y Baloncesto Fuenlabrada.

Fue allí, al sur de Madrid, en un choque del que el Caja Laboral salió humillado al caer por 84-68 en uno de sus peores partidos del pasado curso, cuando Nemanja diría adiós a la temporada. Él aún no lo sabía, pero aquel día en Fuenlabrada Bjelica disputó el que fue el último partido de su primer y nefasto año como baskonista. Ahora, cinco meses después y tras pasar por el quirófano para tratar la fractura de escafoides que ha convertido su vida en un via crucis, el joven jugador azulgrana ha regresado a su hábitat natural para disputar sus primeros minutos de juego desde aquel 12 de marzo en tierras madrileñas. Olvidada ya la preocupación por un periodo de recuperación que se antojaba eterno pero todavía con pequeñas molestias en la muñeca propias de la larga inactividad, Bjelica disputó ayer su segundo partido con el combinado plaví dentro del torneo internacional a cuatro bandas que se celebra estos días en la ciudad turca de Izmir.

Ayer, Bjelica jugó once minutos, anotó dos puntos y capturó cuatro rebotes en el triunfo de Serbia frente a Ucrania por 83-57. El jueves, el balcánico volvió a sentirse jugador de nuevo al saltar al parqué en el tercer cuarto del encuentro frente a Alemania, en el que los serbios cayeron por 58-59 con seis minutos de juego del baskonista, en los que sólo le dio tiempo a capturar un rebote y errar dos tiros de campo. Sus estadísticas importan poco todavía -al menos para el Baskonia-. Lo importante es que, después de una larga lucha, Nemanja Bjelica ha logrado al fin enterrar los malos augurios y sacar su prometedora muñeca a relucir con vistas al Europeo de Lituania que arranca a finales de mes. Un primer paso al que ahora deberán suceder otros muchos para que, cuando en el futuro se incorpore a la pretemporada del Caja Laboral, el exterior nacido en Belgrado esté en disposición de ponerse a las órdenes de Dusko Ivanovic sin temor a una recaída. Por el momento, el tres azulgrana prefiere optar por la cautela, consciente de que no puede recuperarse de la noche a la mañana tras cinco meses en el dique seco.

"Todavía me duele un poco, pero es porque llevo mucho tiempo sin usarla. Lo más importante es que el hueso está curado y estoy preparado para jugar", confesó el jugador a la prensa de su país. Jugador precavido vale por dos. El pasado día 2, el doctor catalán Xavier Mir confirmó la mejoría de su lesión en un viaje relámpago a Barcelona acompañado del médico serbio Dragan Radovanovic supervisado por los servicios médicos baskonistas. La operación a la que Nemanja se sometió el 26 de abril a manos del afamado especialista barcelonés había sido un éxito, pero el proceso de recuperación transcurría más lento de lo previsto.

renovación Para evitar sustos, los doctores le habían obligado a mantener su mano izquierda alejada del balón. Ni siquiera podía tocarlo, ni mucho menos botarlo, hasta regresar a Serbia de su visita a la Ciudad Condal. Mientras sus compañeros de selección entrenaban dirigidos por Dusan Ivkovic, Bjelica se dedicaba a ejercitarse en solitario con su mano derecha como única herramienta. Así hasta ahora. Esta tarde, a partir de las 20.30 horas, el exterior del Caja Laboral, que este curso compartirá vestuario y nombre con el recién llegado Milko Bjelica, jugará su último partido del torneo frente a la local Turquía. A la espera de que tome una decisión sobre la propuesta de renovación por un año presentada recientemente por el Baskonia -a cambio de una reducción salarial, al igual que ha ocurrido con Pau Ribas- Nemanja sonríe de nuevo tras cinco meses torciendo el gesto. El nuevo y remozado Caja Laboral le necesita la próxima campaña. Necesita comprobar que la fuerte apuesta acometida el pasado verano empieza a vislumbrar los primeros signos del inabarcable talento sobre el que cimentó su fichaje por la escuadra vitoriana. El peaje del cambio lo ha pagado con creces. Ahora es el turno de demostrar su valía.