vitoria. La incertidumbre que preside el futuro de David Logan y Brad Oleson, dos escoltas que rayaron la pasada campaña por debajo de las expectativas del club y cuyo futuro está teñido de sombras, provoca que, un día sí y otro también, al Baskonia se le vinculen diferentes exteriores. Si un viejo conocido como Igor Rakocevic se está dejando querer desde el inicio del verano tras acabar su etapa en Turquía o medios lituanos han apuntado el interés por Gecevicius, en las últimas horas ha emergido otro nombre de más pedigrí como Keith Langford, uno de los exteriores más prolíficos del Viejo Continente que promedió más de 18 puntos en la pasada Euroliga.

El fornido estadounidense, un compulsivo anotador que en su día firmó un contrato astronómico en el Khimki y al que el club vitoriano sólo podría acceder si acierta a desprenderse del enorme lastre que suponen los altos honorarios de dos de sus escoltas en nómina, está siendo asociado a la entidad azulgrana por diferentes medios. No obstante, se trata de un objetivo inalcanzable al haber sido renovado este verano por el club ruso para las dos próximas temporadas. En declaraciones a este periódico, su agente también desmintió ayer de raíz su llegada, así como el hecho de que ambos clubes estén negociando un hipotético traspaso. "No hay opciones de que juegue allí", aseguró rotundo.

La principal premisa para que aterrice cualquier escolta, tal y como pretenden Querejeta e Ivanovic para dotar al Baskonia de mayor munición ofensiva, reside en primera instancia en que Logan u Oleson -o, quizá, los dos- hagan las maletas con destino a otro lugar. De momento, todos los dedos apuntan al nacionalizado polaco.