Vitoria. A falta ya de menos de un mes para que se inicie la pretemporada, la indefinición se apodera sobre la configuración del próximo proyecto baskonista. Josean Querejeta acostumbra a meditar todos sus movimientos y dilatar la configuración definitiva de sus plantillas. Por lo visto hasta ahora, este verano no será una excepción. Mientras otros clubes poderosos de la Liga Endesa como el Barcelona, el Real Madrid, el Bilbao Basket o el Power Valencia ya han perfilado la espina dorsal, el trabajo en los despachos del Buesa Arena promete ser todavía largo y laborioso.

La plantilla actual en manos de Dusko Ivanovic está compuesta por diez jugadores, pero sólo seis de ellos -Heurtel, Ribas, Bjelica, San Emeterio, Teletovic y Lampe- tienen prácticamente asegurada su permanencia a las órdenes del técnico montenegrino. La incertidumbre que preside el futuro de cuatro integrantes del equipo, casos de Huertas, Logan, Oleson y Musli, así como la imperiosa necesidad de incorporar dos interiores para reforzar la pintura, obligan a peinar el mercado de forma concienzuda para reforzar un grupo, a todas luces, incompleto.

Si se confirma la marcha del base brasileño al Barcelona y, al menos, uno de los dos escoltas abandona la capital alavesa, serán necesarios un total de cuatro fichajes para cerrar el grupo que afrontará la difícil reválida de olvidar los sinsabores de la pasada campaña. Mientras Logan parece sentenciado, Oleson alberga opciones de continuar ante la configuración del nuevo marco de contratación y su aparente voluntad de aceptar la reducción salarial que le ha propuesto el club. Continúe o no bajo la férrea dictadura de Ivanovic, la intención del preparador balcánico de hallar un killer se mantiene inalterable. Otro dilema se halla en el puesto de base, donde la hipotética marcha de Huertas abrirá un boquete en la dirección de juego y redundará en la obligatoriedad de encontrar un timonel de altos vuelos.

Las urgencias baskonistas contrastan con la aparente tranquilidad de otros grandes de la Liga Endesa. El principal rompecabezas del Barcelona reside en encontrar un jugador de formación -el aterrizaje de esta pieza puede conllevar la cesión de Ingles- al tener apalabrado ya un acuerdo con Wallace (Gran Canaria) y sellada la continuidad de Ndong. El Real Madrid, por su parte, cerrará su plantilla en cuanto firme un exterior tras haber pactado ya la contratación de Martynas Pocius. El Bilbao Basket sólo busca un hombre interior (D'or Fischer) que apuntale el juego interior, mientras que el Power Valencia quedará definido en cuanto aterrice un tres-cuatro de perfil guerrillero -el candidato es el exbaskonista Florent Pietrus- y un escolta de perfil eminentemente anotador.

Queda el tiempo suficiente para armar un bloque competitivo, pero el mercado ofrece un abanico de opciones cada vez más reducido. De ahí la intranquilidad de una masa social azulgrana que aguarda con expectación nuevos movimientos.