vitoria. Marcelinho Huertas quiere poner fin este verano a su periplo de dos campañas ataviado con la elástica del Baskonia. Igual que ha sucedido recientemente con Stanko Barac y Esteban Batista, nuevos integrantes del Efes, el brasileño ya se ha colocado en la rampa de lanzamiento hacia su salida de la entidad vitoriana, que tiene prácticamente imposible retener a un base que ya le ha expresado su deseo de afrontar un nuevo desafío en su carrera a sus 28 años de edad. Mientras que Josean Querejeta ha albergado pocas reticencias para abrir la puerta de salida a dos pívots con el cartel de transferibles, este nuevo golpe en la línea de flotación azulgrana es algo ajeno a su voluntad y obedece exclusivamente a la intención de Huertas de aceptar el que podría ser su último gran contrato de su trayectoria profesional.

Antes de que esta operación vea la luz, sin embargo, el Baskonia está dispuesto a defender sus intereses hasta las últimas consecuencias. Para ello, su mejor aval es el contrato que firmó el jugador hace dos veranos hasta el 30 de junio de 2012, que también incluye la posibilidad de ampliarse una campaña más. La ausencia de un cláusula de rescisión en el mismo permite a los rectores baskonistas adoptar una postura de fuerza a la hora de aceptar ofertas desde el exterior. Consciente de que la cotización del mejor base de la Liga ACB durante el pasado ejercicio se encuentra hoy en día por las nubes, la postura inicial adoptada por Querejeta de exigir una alta indemnización por su marcha cobra todavía más fuerza.

Dado que el Barcelona ha optado, de momento, por no entablar ninguna negociación con el máximo mandatario azulgrana, su estrategia ha residido en haber apalabrado ya un acuerdo con Huertas para que éste se haga cargo de la rescisión de su contrato. Según reflejó en su edición de ayer la prensa catalana, dicha cantidad podría ascender en los próximos tres años alrededor de 5 millones de euros. O, lo que es lo mismo, una cantidad lo suficientemente jugosa y elevada como para que el brasileño colme las aspiraciones del club alavés para consentir su marcha y, al mismo tiempo, le permita mantener una ficha acorde a sus exigencias.

una marcha asumida Las negociaciones, en cualquier caso, están ya encaminadas a que uno de los grandes emblemas del Baskonia durante las dos últimas campañas pase a engrosar la amplia lista de bajas en este accidentado verano. La voluntad de Huertas, conocida en las oficinas del Buesa Arena, reside en enrolarse en el vigente campeón liguero, que ha hecho una apuesta decidida por su figura tras evaporarse las alternativas que sondeó semanas atrás. La negativa de, entre otros, Omar Cook y Milos Teodosic ha ascendido al todavía base azulgrana al primer escalafón de prioridades de Xavi Pascual para ocupar el vacío dejado por Ricky Rubio tras su marcha a la NBA.

El Baskonia ya tiene interiorizada la salida de uno de sus buques insignia junto a San Emeterio y Teletovic, pero ello no será óbice para que intente lograr el traspaso más oneroso para sus arcas. Hace unas semanas ya rechazó una oferta de más de un millón de euros procedente del CSKA, por lo que ya ha dejado muestra de sus ambiciosas intenciones. Puestos los cimientos para la cristalización de la operación con el acuerdo entre Marcelinho y el Barcelona, resta que el brasileño se pliegue a las exigencias económicas de Querejeta para satisfacer su propósito de poner rumbo hacia la Ciudad Condal. Ambas partes se encuentran inmersos en una negociación con tintes farragosos pero que tiene serios visos de materializarse y dejar al Baskonia sin un elemento básico en los esquemas de Dusko Ivanovic.

Una posición como la dirección de juego que parecía completamente cerrada tras el fichaje de Thomas Heurtel al comienzo del mercado estival vuelve a quedar coja por la previsible ausencia de un timonel que dejará un hueco difícil de llenar. La orfandad de Huertas obligará al club a zambullirse en el mercado en busca de un primer espada que sea la prolongación del técnico montenegrino sobre la pista. En definitiva: un sobresalto más para un club, el baskonista, que experimentará un brusco cambio de fisonomía a partir del próximo curso. Confirmada ya la marcha de sus dos cincos puros y en camino ahora la del brasileño, que ha desatendido todas las llamadas de Querejeta para renovar dos años más, la plantilla sigue expuesta a más cambios -Oleson y Logan también están en la cuerda floja- para relanzar las opciones de cara al futuro.