Vitoria. Muchos dudaron cuando el Baskonia anunció el fichaje de Marcelinho Huertas hace cerca de dos años. Tras una etapa plagada de sombras en el ahora extinguido Fortitudo Bolonia, el base brasileño se presentaba en Vitoria mientras la estela de Pablo Prigioni todavía podía otearse en el horizonte con rumbo directo a Madrid. La conexión argentina dejaba paso a la caipirinha, pero la esencia del pick and roll se mantenía intacta gracias a su amigo Tiago Splitter. Esta campaña, huérfano de su compatriota, los mismos que fruncieron el ceño hace dos años repetían gesto. Sin el ahora jugador de los San Antonio Spurs Huertas bajará su rendimiento, decían. Se equivocaron. Ayer, la ACB anunció el nombre del mejor base de la competición.

El galardón, basado en los votos de entrenadores, jugadores, medios de comunicación y aficionados, tiene color azulgrana. Marcelinho deberá hacer hueco en su estantería para su segundo premio individual al mejor timonel de la Liga. En la temporada 2007-08, el jugador nacido en Sao Paulo obtuvo su primer certificado de éxito después de un curso impoluto defendiendo la camiseta del Bilbao Basket. "Ganar un premio individual o colectivo es un orgullo y me hace mucha ilusión lograr este galardón por segunda vez", asegura el timonel baskonista, que durante los ya inminentes play off contará de nuevo con la ayuda de Milt Palacio, tal vez el contrapunto perfecto a la electricidad que el paulista inyecta al juego del Caja Laboral cuando tiene ocasión.

San Emeterio La ACB anunció ayer el primero de los cinco nombres que ocuparán este año el quinteto ideal. Salvo sorpresa de proporciones bíblicas, Huertas estará hoy acompañado en esta lista por Fernando San Emeterio, que el pasado sábado recogía también su trofeo al mejor alero de la Euroliga. Al igual que ocurre con su vecino de taquilla, el título de mejor base tenía grabado a fuego el nombre del pupilo de Dusko Ivanovic, líder en la clasificación de asistencias con un promedio de 5,91. Sólo dos homólogos del brasileño, curiosamente ambos de mismo equipo, le han acechado con cierto peligro.

Aunque no es un premio que se otorgue únicamente en base a los números, las estadísticas de Marcelinho Huertas, que en todo el curso no ha contado con un suplente de garantías -ni Logan ni Ribas han podido cubrirle las espaldas-, son dignas del trofeo. Con una media de 29 minutos por partido, el brasileño suma 9,7 puntos, 2,8 rebotes y 5,9 asistencias por encuentro hasta sumar una valoración de 13,4. Frente a los 100 puntos acumulados por Huertas, Omar Cook ha subido al segundo cajón del podio con 60, mientras el francés Nando de Colo se ha quedado en 25. Los dos jugadores del Power Electronics Valencia han dejado en la cuneta a estrellas como Pablo Prigioni, Sergio Rodríguez, el emergente Rodrigo San Miguel o el culé Ricky Rubio, último ganador del título de mejor base de la ACB.

"Cook ha hecho una temporada muy buena. Creo que es un jugador que muchas veces no se valora porque no anota mucho, pero la manera como dirige al equipo es tremenda, tiene un poderío del equipo en sus manos que es impresionante. Prigioni ha estado lesionado una buena parte de la temporada y por eso quizá no ha podido rendir a su máximo nivel, pero ha demostrado que está recuperado, y el último mes y medio está jugando a un nivel bueno. Y Ricky Rubio ha tenido este año sus altibajos pero por potencial sin duda podría estar luchando por este galardón", valora Marcelinho, cuyo nombre empieza a sobrevolar los mentideros con el interés de los grandes totems del baloncesto continental en robárselo a una entidad vitoriana con la que aún tiene contrato en vigor. Seguro que los papeles de su renovación están ya en el horno.