El Baskonia abandonó ayer la Caja Mágica con una extraña sensación de haber tirado por la borda una buena oportunidad para asaltar el que hasta ahora es el único feudo de la ACB en el que nadie ha podido ganar esta temporada. Con tres buenos cuartos y un tercer periodo (24-6) para la infamia, el conjunto vitoriano acabó sepultado por la mayor fortaleza mental de un Real Madrid que piensa más en la Final Four que en la competición doméstica. Pese a la derrota, Dusko Ivanovic aseguró tras el partido que no tiene miedo de enfrentarse de nuevo con la escuadra merengue en un posible cruce en los play off por el título. "Me gustaría jugar contra ellos de nuevo. A pesar de haber perdido podemos ganar si conseguimos arreglar algunas cosas y jugar con más paciencia de la que hemos tenido hoy, porque cuando la hemos tenido hemos controlado el partido", explicó el entrenador montenegrino, que lamentó el bajón de juego desplegado por sus pupilos durante un tercer cuarto digno de estudio.

"De la manera en la que hemos empezado el partido teníamos opciones para haber ganado, pero cuando el Madrid ha empezado a jugar con más contactos nos hemos venido abajo y después, en el tercer periodo, no hemos salido preparados", incidió el preparador balcánico, que sin embargo se mostró satisfecho por haber conseguido remendar uno de los puntos que han lastrado el juego del Baskonia a lo largo de esta campaña, el rebote. "Lo hemos cerrado bastante bien, pero a cambio hemos tenido muchas pérdidas de balón -el cuadro alavés acabó con trece, por las cinco de los madridistas-, así que cuando no es una cosa es otra", apuntó Ivanovic antes de deslizar que, a lo largo de esta semana, el Baskonia podría añadir un segundo refuerzo a la inminente llegada a Vitoria de Vladimir Dragicevic.

"Un fichaje vendrá seguro, pero esperemos que puedan ser dos. Ya veremos", adelantó antes de abandonar una Caja Mágica en la que el Madrid ha logrado edificar un fortín en el que aguarda un rival capaz de finiquitar la racha de dieciséis partidos seguidos ganados que ostenta el plantel de Lele Molin. Si el Baskonia quiere ser ese equipo, deberá esperar al play off.