Vitoria. El fichaje de Esteban Batista despertó a finales del año pasado una expectación inusitada en todo el baskonismo, pero el uruguayo no ha conseguido explotar ni alcanzar en la capital alavesa el extraordinario nivel que ofreció en el Fuenlabrada. Entre que carece del sideral protagonismo del que gozaba en el sur de Madrid y la desmedida querencia hacia la búsqueda del triple en el engranaje vitoriano, sin obviar la cuota de responsabilidad del charrúa, el Caja Laboral aguarda expectante la mejor versión de un poste que en su día fue el baloncestista más valorado de la competición.

Batista ha alternado momentos de lucidez con otros en los que, aturullado y sin la clarividencia suficiente, incurre en constantes pérdidas y se estrella ante un bosque de brazos y piernas en la pintura. Cuestionado ayer por si está disconforme con su rendimiento, asumió sólo en parte su margen de mejora. "Creo que siempre se pueden aportar más cosas. Lo bueno es que el equipo está jugando bien y eso es lo importante. Éste es un grupo que no depende exclusivamente de un jugador, sino del rendimiento colectivo. Obviamente, siempre es mejor cuando las cosas están divididas", reconoció el hombre que sustituyó a Marcus Haislip.

Y es que, lejos de mirar el lucimiento personal e intentar adornar su estadística con unos dígitos similares a los de su dorada época a las órdenes de Salva Maldonado, los intereses corales priman en la mente del rocoso poste azulgrana, que únicamente ha superado la decena de puntos en cinco jornadas ligueras desde su llegada. "Yo trato de aportar lo mío, pero lo importante es que el equipo gane, se mantenga arriba y pelee por todos los títulos en juego", corroboró.

Batista atribuyó su inferior producción en tierras alavesas al hecho de que "el Fuenlabrada era otro equipo con aspiraciones diferentes y otra manera de jugar". Ahondando en esta idea, también insistió en que "allí no había la necesidad imperiosa de ganar, sino de hacerlo bien". Por contra, en el Baskonia "las cosas son diferentes porque tenemos que ganar siempre, es un club al que se viene a eso y un plantel donde hay una calidad increíble".

Ivanovic le ha concedido en los últimos tiempos la titularidad en detrimento de Barac y sus minutos van en aumento ante las ausencias de Bjelica y Sow, así como la tardanza del club en incorporar un nuevo interior. Sin embargo, el de Montevideo reclama algo de paciencia. "Acá cualquier jugador puede hacer 20 puntos y es totalmente distinto. No estoy diciendo que los jugadores del Fuenlabrada sean malos, sino que mi rol era diferente. Me estoy adecuando a lo que necesitan de mí. A este equipo no le interesa que Batista haga 20 puntos, sino ganar los partidos. Si hace 20, bienvenido sea, pero si otro día Oleson, Barac u otro logra 20, es indiferente. Hay que ganar y punto", explicó tajante.

su segundo derbi Al margen de sus actuaciones individuales, Batista recalcó la trascendencia del choque del próximo domingo ante el Bilbao Basket en un duelo crucial para el devenir azulgrana en la fase regular de la Liga ACB. "Estamos peleando por esa tercera posición y esperando un tropiezo del Valencia. Sabemos lo que significa para este club ganar este partido. Ellos tienen un condimento extra, pero nosotros también", resaltó el cinco uruguayo, quien desveló que el "el equipo se está sintiendo un poco mejor" en los últimos tiempos y calificó como "normal" el atroz sufrimiento para sacar adelante algunos compromisos ante "la fuerte competencia" existente en el torneo.

En el que supondrá su segundo derbi desde que se comprometió con el Caja Laboral -el primero data de los cuartos de final de la Copa del Rey, saldado in extremis para los discípulos de Ivanovic-, Batista se congratuló por la ventaja de que el choque se dispute en el Fernando Buesa Arena, escenario de los momentos de mayor inspiración del colectivo vitoriano en esta convulsa temporada. "Es importante jugar con el apoyo de tu afición un partido así. La cancha estará llena, el público vendrá a apoyarnos y eso nos motivará y dará una cierta confianza", concluyó un Batista que, como el equipo en general, confía en alcanzar la regularidad definitiva en el tramo caliente.