Madrid. Cuando Svetislav Pesic tomó las riendas de un Power Electronics Valencia con el encefalograma plano casi todos daban por hecho que el cuadro taronja resurgiría de sus cenizas, pero nadie pensaba que sería hasta este punto. Incluso con las bajas de Víctor Claver y James Augustine y el affaire J.R. Giddens de por medio, el conjunto valenciano está en disposición de consumar esta noche (20.45 horas, Teledeporte) una gesta de magnitudes bíblicas. Su quinto partido contra el Real Madrid dirimirá hoy el cuarto equipo que acudirá a Barcelona para disputar la Final Four y verse las caras con el Maccabi en la primera semifinal.
El Power Valencia afronta este choque tras haber superado ya el pasado jueves un primer encuentro a vida o muerte tras el triunfo del Real Madrid en el tercer partido. Estaba obligado a vencer y cumplió con su cometido de forma solvente. "Esto es un milagro, pero queremos más. Es una norma del deporte, nunca estás contento con lo conseguido, y cada día te preparas para mejorar y ganar el próximo partido. Esa es nuestra filosofía", avisó ayer el entrenador serbio, cuyo nombre se asocia desde hace semanas al Baskonia como posible candidato al banquillo azulgrana en caso de que Dusko Ivanovic no continúe en Vitoria la próxima campaña. Pesic ha conseguido convertir a Omar Cook en el motor del equipo, y el base ya cuajó una excelente actuación en el segundo choque de la serie disputado en la Caja Mágica.
Por su parte, el Real Madrid aguarda ansioso que el balón se lance al aire para intentar sellar su billete a una Final Four quince años después de su última participación. El conjunto de Emanuele Molin partía con la ventaja del factor cancha, algo que no ha funcionado en el resto de eliminatorias, pero tiene ante sí una oportunidad única de convertirse en el único equipo de la ACB que se plante en la cita de Barcelona, un morbo añadido para los merengues.
"Nos conocemos muy bien. Ya no hay estudios que valgan porque ambos nos sabemos los sistemas y conocemos la forma de jugar de cada uno. Por lo que el partido será más cuestión mental que física", señaló ayer Carlos Suárez, consciente de que todo "se decidirá por los pequeños detalles". "Creo que nadie pensaba que íbamos a estar a día de hoy a un encuentro de conseguirlo y jugarnos el pase en nuestra casa. Hay jugadores en la plantilla tan experimentados como Felipe Reyes que no ha jugado nunca una Final Four", recordó el alero nacido en Aranjuez. "Sabemos que va a ser un partido muy igualado como ha sucedido en toda la serie. Nosotros ya sufrimos en Valencia una Fonteta llena apoyando al Power, y ahora esperamos que los aficionados madridistas estén con nosotros y llenen la Caja Mágica", confió el jugador madrileño.