Desde el 9 de enero, fecha en la que se impuso en la pista del Lagun Aro por un ajustado 80-83, el Baskonia no saboreaba una victoria lejos de su fortín del Buesa Arena. El Menorca estuvo a punto de convertirse en su sexto verdugo consecutivo a domicilio hasta que emergió la imponente figura de Mirza Teletovic para convertir la pista balear en un paño de lágrimas. El bosnio, al que Ivanovic sometió a un desgaste sobrehumano tras mantenerle durante los cuarenta minutos en la pista, destapó el tarro de las esencias en el epílogo al anotar los ocho últimos puntos del equipo. El triple que clausuró el choque resultó, además, espeluznante por la dificultad que entrañó un lanzamiento tan angulado sobre la bocina y con la férrea oposición de Limonad. Junto al capitán azulgrana, también brilló con luz propia un David Logan cada vez más asentado como el escolta mortífero del cuadro alavés para los momentos comprometidos ante la escasa pujanza de Brad Oleson. Por último, San Emeterio exhibió la regularidad que le caracteriza desde el comienzo de la temporada.