Vitoria. Aunque de manera un tanto surrealista con varias respuestas en forma de monosílabos y sin aportar excesiva luz, el capitán del Baskonia alzó ayer la voz para enumerar las razones que están propiciando la errática trayectoria del equipo vitoriano lejos del Fernando Buesa Arena. Mirza Teletovic, mucho más suelto y deshinibido a la hora de armar su brazo en los partidos que esta vez a la hora de dar su punto de vista a los medios, no dejó grandes respuestas, pero al menos sí deslizó la teoría de que la plantilla azulgrana debe exhibir una mayor ambición en pos de la victoria en los importantes duelos que se avecinan a corto plazo.

"Hay que intentar cambiar el chip cuando juguemos contra equipos modestos y afrontar los próximos partidos con muchas más ganas", subrayó el francotirador bosnio, sumido como el colectivo en general en un preocupante bache. Con ocho derrotas en los últimos nueves desplazamientos, la mayoría selladas de manera estrepitosa, sin oponer un mínimo de resistencia y presididas por la alarmante falta de orgullo para evitar la lluvia de golpes, el Caja Laboral está viendo comprometidas incluso sus opciones de clasificarse para los play off por el título.

Con un semblante serio y más parco en palabras que nunca, Teletovic no trasladó un mensaje convincente que tranquilice a una masa social que vive momentos de angustia tras las delirantes actuaciones azulgranas de los últimos tiempos lejos de la capital alavesa. De hecho, hasta en cinco ocasiones contestó con un lacónico "no sé" a las preguntas de los informadores sobre el estado anímico del grupo, si tanta derrota podía hacer mella en la moral o las causas de estos sonrojantes desfallecimientos. "Al vestuario le veo mal. El sábado perdimos otra vez y la cagamos. No sé a qué se deben estos cambios. Están ocurriendo y desconozco la solución. No es la primera vez que nos pasa. Me estoy rompiendo la cabeza para ver qué nos ocurre, pero no lo sé", subrayó un Teletovic que dio la sensación de morderse la lengua.

Tras definir la caída en Fuenlabrada como "un gran paso atrás", el cuatro nacido en Mostar sí denunció que "están pasando algunas cosas malas" -sin citar, eso sí, cuáles- e instó a todo el equipo a "cambiar" con el fin de que esta mala dinámica se erradique de una vez por todas. "Hemos vuelto a tirar por la borda los progresos de las últimas semanas. El del Fuenlabrada no nos lo tomamos como un partido importante", criticó. Su discurso también incluyó la solicitud de "una mayor regularidad y constancia" para alterar el rumbo de una campaña repleta de sinsabores. "En la ACB es muy importante ganar partidos y conseguir ser primeros, segundos o terceros, pero si no lo haces es muy difícil estar arriba, ya que los rivales también aprietan", admitió.

Pau Ribas, realista Con más facilidad de palabra, el exterior catalán sí habló con más claridad y se refirió a los pésimos resultados a domicilio que están lastrando cualquier resquicio de crecimiento. "Fuera de casa, los rivales son mejores. Cuando eres capaz de encadenar una buena racha de anotación y al rival le cuesta meter, los equipos moralmente suben, los aficionados se meten en el encuentro y los árbitros también están condicionados. Esa es la ventaja de jugar como local. Todos los equipos ganan más en casa que fuera", recalcó. De ahí que su receta resida en "minimizar al máximo los errores para que esas buenas rachas de los rivales no sean tan largas".

Ribas admitió la "irregularidad" que abandera el rendimiento vitoriano desde los primeros compases de la temporada, pero abogó por pasar página y orientar la mirada en los próximos compromisos caseros ante el Cajasol y, sobre todo, el Maccabi. "Toca trabajar y aprender, ya que no podemos hacer nada. A veces, hacemos partidos buenos, otros malos y otros irregulares. Esto es el deporte. A veces sale bien y a veces no. En ocasiones ganas títulos y en otras no. Lo importante es seguir trabajando y dar el máximo para que nadie pueda reprochar nada", indicó el badalonés.

Respecto a la inquietante clasificación liguera del Caja Laboral, que sólo aventaja en dos victorias al noveno clasificado y afrontará un exigente calendario hasta la conclusión de la fase regular, el recambio de Huertas expuso el deseo vitoriano de "acabar entre los cuatro primeros". "Cada año hay muchos equipos que se van a pegar por entrar en el play off. El grupo de arriba está muy compacto, no habrá problemas para descender y los equipos tienen más confianza, por lo que es complicado ganar fuera a los rivales que están entre el seis y el doce", concluyó.