Si el Caja Laboral llegó ayer vivo al último cuarto fue básicamente por la descollante actuación de Marcelinho Huertas y Stanko Barac. El base brasileño dejó en evidencia a Ricky y firmó un encuentro espectacular en el que demostró que su conexión con el balcánico está reportando cada vez más dividendos al equipo. Cerró el primer cuarto con 12 puntos tras anotar canasta de todos los colores y alimentar de manera magnífica al gigante croata, que peleó en inferioridad de condiciones ante los cinco pívots del Barcelona. Como Ivanovic apostó ayer por tres pequeños para contrarrestar a su poderoso rival y sacrificó a San Emeterio para dar entrada a Ribas, esta vez alineado como escolta con el fin de intentar secar a Navarro, Huertas volvió a estar solo en la dirección y acumuló un desgaste brutal. De hecho, sólo descansó un minuto y medio al comienzo del segundo cuarto. Barac, de nuevo consolidado como el poste titular, consiguió incluso una mayor valoración que el brasileño tras totalizar unos excelentes 20 puntos, 13 rebotes y 6 faltas recibidas. A diferencia de Batista y Sow, que estuvieron sometidos por pares mucho más espigados, el de Mostar brilló con luz propia y prolongó la lenta agonía baskonista hasta prácticamente los últimos minutos.
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