Madrid. Su residual rol era algo con lo que nadie contaba cuando el Caja Laboral, en dura competencia con el Olympiacos, anunció hace meses a bombo y platillo su contratación para las cinco próximas temporadas. El serbio, un diamante aún sin pulir y al que le está costando horrores adaptarse a una nueva realidad baloncestística, profundiza sobre las opciones coperas y su estado.
Llega el primer título de la temporada. ¿Qué sensaciones le embargan antes del comienzo?
Va a ser mi primera Copa del Rey y tengo muchas ganas de vivirla por dentro. Es el primer título que se pone en juego y quiero ganarlo. La repercusión que tiene es muy grande en todo el mundo. Es, con diferencia, la Copa más importante de Europa. Necesitamos estar muy concentrados, pensar sólo en el Bilbao Basket e ir partido a partido. Sólo yendo con esa mentalidad se puede triunfar.
Usted es novel en la materia. ¿Ha preguntado a sus compañeros acerca de los entresijos del torneo?
Sí, claro. Antes de venir a España, ya sabía lo que significaba este título. Es muy, muy importante en mi país. Allí se sigue mucho por todos los jugadores balcánicos que vienen aquí. Habrá gente muy conocida siguiéndola en la grada y ojeadores de la NBA. Me han dicho también que la organización es muy buena. Mis compañeros sólo me han contado aspectos positivos y ya estoy ansioso por vivirla.
Aquí no hay margen de error, a diferencia de otras competiciones.
Sí, ese es precisamente su atractivo y, al mismo tiempo, la gran dificultad. Por eso, creo sinceramente que los ocho equipos participantes tienen posibilidades de ganarla. En cualquier otro torneo, si pierdes un encuentro, no pasa nada, ya que dispones de margen para reaccionar. Aquí, en cambio, te vas a tu casa si sufres un mal día. Si estamos concentrados y jugamos con paciencia, sin que nos dejemos llevar por las emociones, podemos ganar.
Nadie incluye al Caja Laboral entre los favoritos a la corona. ¿Bueno o malo el hecho de ir de tapado?
Quizá eso sea bueno para que el equipo salga con menos presión. De todos modos, el Baskonia es el vigente campeón de la ACB y creo que nadie debería subestimarnos. Quien lo haga, cometería un error. Ya hemos demostrado esta temporada que podemos ganar a cualquiera, ya sea el Barcelona, el Maccabi o el Panathinaikos. Como dice Dusko, insisto en que la clave es la concentración y la paciencia.
El equipo está sufriendo demasiados altibajos y no encuentra un patrón de juego desde el inicio de la temporada. ¿Por qué?
No lo sé muy bien. Lo único que te puedo decir es que entrenamos muy duro. Creo que en algunas ocasiones es un problema de falta de concentración. Pero son cosas normales en el deporte. Las derrotas pueden suceder. El problema es cuando no compites y eso nos ha pasado alguna vez. No debemos mirar atrás, sino vivir el presente e ir partido a partido. Nos quedan todavía muchos desafíos esta campaña. Debemos estar todos unidos y pensar en colectivo. Somos un equipo.
Desde finales de octubre no encadenan tres victorias consecutivas, el bagaje necesario para ganar la Copa. ¿Cómo hacen creer a la afición que la Copa acabará en las vitrinas del Buesa Arena?
Es verdad, pero la gente debe creer en nosotros. Podemos ganar el título y poseemos plantilla para ello. El primer partido es el más importante del torneo y sólo debemos pensar en él. Si perdemos, ya no habrá opciones. Si ganamos, subirá nuestra confianza para la semifinal. Allí, a un único partido, puede ocurrir de todo, aunque nos toque probablemente el Barcelona. En nuestra cabeza sólo está el Bilbao Basket.
Al menos, en los últimos tiempos se está atisbando algún progreso.
Creo que sí estamos mejorando poco a poco y que podemos ser optimistas. El equipo se halla en condiciones de competir ante cualquiera. Cada uno debe estar concentrado en dar lo mejor de sí mismo. La gente tiene que creer en este equipo. Los jugadores creemos en nosotros mismos, el técnico cree en nosotros, nosotros también en él... Estoy convencido de que vamos a progresar más, ya que entrenamos duro para ello.
Del Bilbao Basket, ¿qué es lo que más le inquieta?
Es un rival poderoso y a tener en cuenta. Ya nos ganaron en la Liga y eso supone un aviso para todos. No influirá esa derrota, ya que para este partido estaremos mucho más motivados. No tengo dudas de que, si estamos al cien por cien, les derrotaremos. Necesitamos la victoria para subir nuestra autoestima.
Más de 3.000 baskonistas estarán en las gradas del Palacio de los Deportes. Otro aliciente para no defraudar, ¿verdad?
Sí, sí... Tenemos la mejor atmósfera de baloncesto de toda la Liga y a los mejores aficionados. Si el ambiente es parecido al del Buesa Arena, mucho mejor para nosotros.
¿Qué balance hace de su rendimiento hasta la fecha?
Era consciente de que venía a un gran club y a una competición muy dura. Sabía que los primeros meses serían complicados, pero no estoy enfadado. Estoy entrenando al lado de un gran entrenador y de grandes jugadores. De todos modos, sólo quiero estar pendiente del equipo y los títulos que podemos ganar, no de mis minutos en la cancha. Esto no es lo más importante, sólo que podamos acceder a semifinales.
Su cuota de minutos es muy reducida e incluso no ha jugado en algún partido. ¿Decepcionado?
No, no. He firmado un contrato de larga duración con el Baskonia y la gente debe tener paciencia. Me considero un proyecto de futuro y sé que los buenos momentos están por venir. El club y Dusko saben qué es lo mejor para mí y, si hay días que no juego, debo asumirlo y esperar mi oportunidad. Sé que llegará.
Todavía no se ha hecho un nombre y le urge mejorar muchos aspectos. El primero que lo sabe es usted, ¿verdad?
Aún soy muy joven y no he alcanzado mi tope en ninguna faceta del juego. Creo que los árbitros tampoco me lo están poniendo fácil, ya que me pitan demasiadas faltas, sobre todo en la ACB. Tengo que acostumbrarme a su forma de dirigir los partidos y sancionar los contactos. También acostumbrarme a la forma de jugar de los rivales. Todo es nuevo para mí y todavía desconozco cosas de la liga. Es mi primera temporada y espero que, a partir de ahora, vaya cogiendo más experiencia y ser un mejor jugador.
Ivanovic siempre se ha distinguido por moldear a la perfección figuras jóvenes como usted. ¿Cómo se ha amoldado a su grado de exigencia?
Me siento fenomenal con él. Fiché por el Caja Laboral porque había escuchado muchas cosas buenas y porque, con él, otros jugadores dieron el salto a la NBA. Todo el mundo está muy a gusto con él. Te pide que des el máximo, pero eso es lo normal con cualquier entrenador. En Vitoria, muchos jóvenes que han sido entrenados por él triunfan ahora en Estados Unidos y esto es lo que me impulsó a venir a Vitoria. Me gustaría ser uno de ellos en el futuro.
Últimamente está alternando las posiciones de "tres" y "cuatro". ¿Alguna preferencia?
La verdad es que no hay muchas diferencias. Por ejemplo, en mi primera temporada en el Estrella Roja jugaba básicamente como base. El año pasado, también lo hacía como escolta, alero o ala-pívot. Con mi selección, Ivkovic me veía más como un tres, ahora lo hago indistintamente en las dos posiciones. Sinceramente me da igual. Sólo quiero saltar a la pista y dar lo mejor de mí mismo para ayudar al equipo.