Hace una década, en la Copa del Rey de Sevilla, un chico espigado de apenas veinte años destrozó todos los esquemas al asumir las riendas de su equipo y dinamitar los pronósticos que apuntaban como seguro campeón al Madrid de Alberto Herreros. El hoy director deportivo del club capitalino abandonó aquella final con 25 puntos y la misma cara de tonto con la que dejó a toda la afición baskonista en la resolución de una final liguera pocos años después. El equipo que le pasó por encima al Madrid en San Pablo fue el Barça. El chaval que dejó a todo el mundo boquiabierto y se llevó un indiscutible MVP ahora juega en los Lakers y se llama Pau Gasol, a quien algunos quieren buscar un clon merengue en la figura de una de las grandes sensaciones de esta temporada, Nikola Mirotic.
El jugador nacido en la ciudad montenegrina de Pogdorica pero repentinamente acogido con los brazos abiertos como el futuro de la selección española ha firmado un aterrizaje en la élite al alcance de muy pocos. Capaz de desplazar en las rotaciones a jugadores más contrastados, como Garbajosa o Velickovic, mantiene una progresión constante desde que Ettore Messina decidió citarlo para disputar amistosos de pretemporada.
"A Palencia enviamos un niño y nos devolvieron un hombre", alabó el técnico siciliano la progresión del joven jugador, que mañana cumple 20 años, tras su paso, en calidad de cedido, por el equipo de LEB Oro. Su adaptación a la primera plantilla resultó meteórica: 22 puntos en el primer amistoso veraniego ante el Power Valencia. A partir de ahí, mantiene números de figura (12,8 puntos y 4,8 rebotes por partido en la ACB), aunque desde el club blanco tratan de proteger a este joven ala-pívot con cierto parecido físico con el genial Drazen Petrovic.
"Gasol es Gasol. Espero que Mirotic no quiera repetir aquello y llevarse el MVP, sino ayudar al equipo a ganar", manifestó Herreros. Que se cumplan sus deseos dependerá de la magia de la Copa y del destino. Mirotic, uno de los principales objetivos de los numerosos ojeadores que ocuparán asiento en las gradas, será uno de los grandes argumentos del Madrid, que hoy tratará de evitar la sorpresa ante un Gran Canaria que llega a la cita mermado por la baja de Savané. El baloncesto decidirá hasta dónde puede llegar en el torneo la gran promesa blanca.