Brad Oleson difícilmente podrá olvidar la jornada de ayer. Al escolta de Alaska, que ya debió recorrer el pasado jueves infinidad de kilómetros para ejercer como secante de Drew Nicholas, le tocó otra vez bailar con la más fea en el Centro Insular de Deportes. Su par, Jaycee Carroll, atravesaba un óptimo estado de forma y está consolidado como uno de los grandes pistoleros de la Liga ACB. Durante la primera mitad, sin embargo, la rutilante estrella del Gran Canaria estuvo completamente maniatada y apenas sumó cuatro puntos. Sin embargo, tras el descanso se desató como nunca y, gracias a su increíble estado de gracia, fue minando la resistencia de un Oleson cuyo esfuerzo resultó en balde. El jugador baskonista, lejos de arrugarse, asumió la responsabilidad en los momentos críticas y, con cuatro puntos consecutivos en el último minuto, provocó la igualada a 68 en el marcador. Otros destacados a las órdenes de Ivanovic fueron Fernando San Emeterio, que aportó dobles figuras (12 puntos y 12 rebotes) para ser el visitante más valorado, y Pau Ribas, cuya entrada en el segundo cuarto activó las turbinas defensivas. El catalán, como el equipo en general, se apagó por completo en un tercer cuarto que, a la postre, resultó determinante en la derrota.
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