vitoria. "Creo en mi equipo y pienso que mi equipo cree en mí, pero esto no lo sé". Apenas unos minutos después de consumarse la enésima dolorosa derrota de la actual temporada ante el Lietuvos Rytas que agudizó la grave crisis del Caja Laboral, Dusko Ivanovic trasladó un inquietante mensaje al exterior que sumió a muchos en la confusión. Ayer, profundamente enojado y mediante un crítico discurso que incluyó algún dardo envenenado hacia la actitud de los medios de comunicación -"vuestro trabajo es buscar conflicto; ya lo sé, pero lo respeto", llegó a afirmar en un momento de su alocución- rectificó con contundencia para exteriorizar todo lo contrario. Es decir, que sus jugadores no han perdido ni mucho menos la fe en su labor y que entienden su ideario baloncestístico.

"Esto no es cierto. No he dicho que los jugadores no creyesen en mí. Era una pregunta y yo dije que esto no era cierto. Ahora digo otra vez que es mentira. Si no hubiésemos ganado la última Liga, también diría lo mismo. Si fuera verdad, no tendría ningún problema para decirlo. No transforméis una pregunta de alguien que está buscando algo en una frase mía", reclamó a los informadores en la previa, por momentos salpicada de cierta tensión, del choque de esta tarde ante el Unicaja en el que el cuadro vitoriano se halla obligado a curar las heridas y dejar atrás su errática trayectoria de los últimos tiempos.

El técnico montenegrino, a diferencia de lo sucedido durante sus exitosas temporada anteriores en la capital alavesa, sigue sin encontrar la pócima para que este irreconocible Caja Laboral alcance un mínimo grado de solidez. Ayer volvió a admitir una vez más "el mal momento" colectivo, aunque no quiso hacer públicas las razones que llevan a esta pérdida de identidad.

"El equipo no está falto de confianza. Nosotros tenemos que ganar este partido ante el Unicaja. Sabemos lo que debemos hacer y el equipo está tranquilo. Puede ser que perdamos, pero vamos a intentar jugar lo mejor que podamos en este momento. No hay ningún bloqueo mental", subrayó el preparador de Bijelo Polje, para quien la principal receta en un momento crítico como el actual donde incluso la grada ya expone su malestar es mostrar "tranquilidad" y "jugar al máximo de nuestras posibilidades" para que las aguas vuelvan a su cauce. Lejos de vertir cualquier tipo de crítica hacia su plantel, Ivanovic lanzó un mensaje conciliador. "Todos los partidos son importantes, no hay ninguno que no lo sea. Ahora le pido al equipo, ante todo, tranquilidad. Debemos intentar jugar agresivos y, sobre todo, estar tranquilos. Espero que podamos devolver la confianza que nos ha dado el presidente y jugar al nivel que este equipo puede", insistió.

el calor de la afición Para que cunda otra vez el optimismo entre la masa social, Ivanovic recordó que las esperanzas continúan intactas en la Liga ACB, la Copa del Rey y la Euroliga. De ahí que no haya ningún motivo para que nadie baje los brazos. A su juicio, "dando este equipo su máximo nivel, no sé dónde podemos llegar. Podemos ganar las tres competiciones o jugar tres finales. No lo sé. Yo sé cómo debemos jugar y lo que tenemos que hacer". Sin embargo, a renglón seguido aseguró con franqueza que "en este instante es difícil saber" cuál es el techo de un Caja Laboral que, en contadas ocasiones, ha sido competitivo.

A las puertas de otra compleja reválida ante el Unicaja, un rival que en la actualidad está fuera del play off a sólo dos victorias de los alaveses, Ivanovic tampoco dejó pasar la oportunidad de reclamar el calor del Buesa Arena con el fin de que lleve en volandas al equipo. Los pitos que un sector de la grada dedicó a Teletovic en el choque ante los lituanos aún escuecen. "Después del Lietuvos, dije que estábamos en un mal momento. Pero ahora es un momento en el que todos debemos estar positivos y, sobre todo, ganar. Espero y estoy seguro de que este público, como siempre que pasamos momentos difíciles en el pasado, nos va a apoyar otra vez", relató.

Tras afirmar que la polémica surgida entre Logan y Ribas a raíz de sus comentarios en el twitter "está zanjada", Ivanovic abordó el ostracismo al que se han visto sometidos en los últimos tiempos dos nombres propios de la plantilla azulgrana como el escolta estadounidense con pasaporte polaco y Bjelica. "Sigo con mi filosofía y no voy a cambiarla. Mañana -por hoy- puede ser que alguno de ellos juegue 40, 30 ó 20. Lo importante es, el tiempo que estén, que apoyen al equipo y que den algo al equipo. Todos los que están bajo mi disciplina, tienen mi confianza. Si no la tuvieran, no estarían aquí", reconoció.