gerald Fitch posaba ayer sonriente en su presentación con el Unicaja de Málaga. Después de valorar la posibilidad de recuperar a Juan Dixon, sancionado la pasada temporada tras su positivo por nandrolona, la entidad andaluza se decantó finalmente por el hombre que durante tres días fue jugador baskonista. El killer norteamericano, que coincidió en Fuenlabrada con quien ahora será su entrenador, Chus Mateo, podría debutar esta tarde en el Buesa Arena enfundado en la elástica verde. El destino ha querido que Fitch retorne a la ACB en el mismo escenario en el que nunca pudo llegar a debutar.
Mientras tanto, la entidad de Los Guindos busca un nuevo refuerzo para completar una plantilla que acaba de perder al joven Augusto César Lima rumbo a Granada. Jorge Garbajosa, antiguo héroe del Martín Carpena, es el nombre que más fuerte ha sonado en los últimos días desde que Ettore Messina decidiera prescindir de sus servicios antes del choque continental frente al Montepaschi Siena. A la espera de que se concrete la posible llegada del internacional español, el Unicaja deberá contentarse con un Fitch que ayer se mostró ilusionadísimo durante su presentación. "Llegar aquí es lo más importante que me ha pasado en mi carrera", aseguró.
Dotado de una prodigiosa pero demasiado intermitente muñeca, el nuevo ejecutor malagueño apenas ha durado un mes en el Aliaga turco, donde aterrizó a mediados del mes de diciembre. Después de renovar el pasado verano con el Fuenlabrada, una lesión en la rodilla derecha le llevó a permanecer cuatro meses de baja y ser cortado por el club madrileño, donde había cuajado una increíble primera mitad de temporada -19 puntos de media por partido- acompañando al ahora baskonista Esteban Batista. "Lo único que quiero es acoplarme. No quiero cambiar nada de la dinámica del equipo. Sólo quiero ayudar al equipo a ganar y hacer todo lo que pueda por mis compañeros. Tengo experiencia en adaptarme a equipos nuevos porque he jugado en muchos sitios. Adaptarme al Unicaja va a ser fácil y a la ciudad también, que me encanta y puedo decir que es la más bonita que conozco", alabó Fitch, al que parece que en apenas un día ya le ha dado tiempo a realizar un tour para disfrutar de la capital malagueña. Durante sus días en el Fuenlabrada, el dos de 1,91 metros protagonizó más de una polémica.
Después de una noche de fiesta, Fitch dejó su coche aparcado en un lugar que al día siguiente no pudo recordar. El club le impuso una multa de 40.000 euros e incluso llegó a despedirlo para, unas horas después, ser readmitido por decisión unilateral del presidente fuenlabreño. Máximo anotador de la Liga otomana durante dos temporadas, el jugador nacido en Georgia luce una larga frase tatuada en su brazo derecho: "No te preocupes, he mandado a unos ángeles a vigilarte". Unas palabras que, según aseguró en una entrevista, escuchó durante un sueño de boca de su hermano George, asesinado de un disparo a los 22 años.
cláusula anti-incidentes Antes de rubricar su firma con su nuevo equipo, Fitch tuvo que someterse a un exhaustivo reconocimiento médico para comprobar el estado de su rodilla. Además, el Unicaja se ha guardado una cláusula específica en el contrato para que, en caso de que el jugador decida rememorar alguno de los incidentes que protagonizó en Fuenlabrada, el club pueda prescindir de él sin ningún problema. "Estoy totalmente preparado para esta oportunidad", aseveró ayer antes de posar para los fotógrafos con su nueva camiseta. El Unicaja esperó a última hora de ayer para confirmar la presencia de su último fichaje en el Buesa Arena. El transfer de Turquía llegó a tiempo, por lo que Fitch podrá resarcirse de su corto periplo como azulgrana.