Vitoria. La tormentosa etapa de Aíto García Reneses al frente del Unicaja llegó ayer a su fin. Era la crónica de una muerte anunciada desde hacía tiempo y que quedó definitivamente sellada tras la exclusión del equipo malagueño de la próxima Copa del Rey tras el enésimo batacazo ante el Gran Canaria. El técnico madrileño recibió ayer la noticia de su destitución, aunque no se irá con las manos vacías al tener contrato en vigor hasta el 30 de junio de 2011. Por su despido, se calcula que percibirá una indemnización de unos 450.000 euros.
El divorcio con la grada malagueña era total y su marcha constituía la única solución para que se calmaron unos ánimos completamente encrespados. El tiempo muerto que Aíto solicitó a tres segundos del final del choque ante los insulares, justo cuando el Unicaja perdía por 19 puntos (48-67), encendió más si cabe a unos aficionados de uñas por el paupérrimo bagaje de un club que cuenta con el tercer mayor presupuesto de la ACB.
En vísperas de afrontar este jueves el inicio del Top 16 ante el Caja Laboral, el cuadro andaluz es un auténtico polvorín. Con varios jugadores en el ojo del huracán por su bajo rendimiento -entre ellos un McIntyre que hasta la fecha ha resultado un auténtico fiasco por sus problemas físicos-, el equipo vitoriano debería intentar pescar en río revuelto y dar un paso decisivo hacia los cuartos de finales de la Euroliga. Dos hombres de la casa, Paco Aurioles y Angel Cañete, asumieron ayer el mando interino durante la sesión vespertina celebrada en el Martín Carpena. Por el momento, el Unicaja no ha informado sobre quién ocupará el banquillo de ahora en adelante.
Uno de los hombres con los que ya ha negociado y que podría sentarse en el banquillo en la apertura del Top 16 es Chus Mateo. El actual segundo entrenador del Fuenlabrada, a la sombra de Salva Maldonado, es uno de los deseados junto a Maljkovic y Djordjevic.