vitoria. La historia de desencuentros entre Marcus Haislip y la directiva del Baskonia se cerró ayer de la única manera que parecía factible. El jugador norteamericano no volverá a enfundarse la elástica del equipo azulgrana. Tal y como se esperaba, el club que preside Josean Querejeta resolvió con su despido el expediente disciplinario abierto a raíz del viaje que realizó sin autorización para visitar a su familia durante las Navidades.

La llegada de Batista, confirmada por la entidad del Buesa Arena a última hora del martes, invitaba a imaginar el siguiente paso. Y en la mañana de ayer se confirmó. Haislip, que apenas ha podido exhibir pinceladas del excepcional jugador que fue en sus etapas en Panathinaikos y Unicaja, alcanzó un acuerdo con los rectores baskonistas para sellar su rescisión. Ninguna de las dos partes, tras unos meses en los que la relación se fue deteriorando de manera paulatina, tenía demasiadas ganas de que el desenlace de su encuentro fuera otro.

La polémica que ha propiciado la marcha definitiva del ala-pívot de Tennesee no enmascara el desencanto que en el seno de la entidad ha generado su pobre rendimiento. Haislip ha pasado casi tanto tiempo lesionado -hasta por tres dolencias distintas- como jugando, y cuando lo ha hecho apenas ha exhibido las cualidades que lo convirtieron en uno de los mejores cuatros del continente. En la ACB ha disputado sólo siete partidos, en los que ha promediado 6 puntos y 1,9 rebotes. En Euroliga sus guarismos han resultado aún más mediocres: tres puntos y un rebote de media en los poco más de ocho minutos que Dusko Ivanovic le ha concedido, cuando ha estado sano, durante la fase regular del torneo.

En esta tesitura, a la directiva baskonista le cayó como agua de mayo el acto de indisciplina que, a ojos del club, cometió el jugador, quien arguyó en su defensa que su madre padece una grave enfermedad y que el tratamiento al que le estaban sometiendo los fisioterapeutas baskonistas consistía simplemente en la aplicación de una pomada que podía aplicarse por sí mismo.

El caso es que, con unas u otras justificaciones, a la directiva azulgrana le ha salido redonda la jugada, puesto que desde el entorno del jugador se reconoce que Haislip ha cedido en las negociaciones parte de la indemnización que le correspondía. Ahora, la directiva, con el puesto de cinco bien cubierto, sondea el mercado de ala-pívots para rubricar definitivamente la plantilla.