vitoria. Nada mejor que el título de campeón de Liga para despedirse de la que había sido su casa desde que era apenas un adolescente. La marcha de Tiago Splitter, probablemente el jugador más determinante de la historia reciente del Baskonia con permiso de su maestro Luis Scola, dejó un enorme hueco en la plantilla azulgrana que todavía lucha por rellenar. Ya desde el comienzo de la que fue su última temporada, toda la afición baskonista hacía cábalas sobre el nombre del fichaje que cubriría la ausencia del ahora integrante de los San Antonio Spurs. Un refuerzo que, finalmente, nunca llegó. Huérfanos de Splitter, Josean Querejeta trabajó durante el verano para confeccionar una plantilla llamada a repetir la histórica gesta alcanzada en el mes de junio con la consecución de la tercera Liga. Por el momento, el nuevo Baskonia camina cual funambulista a la espera de definir su nuevo estilo sin una referencia tan importante como la de su antiguo capitán, por mucho que Stanko Barac haya eclosionado definitivamente para alegría de los seguidores vitorianos.

Mientras todo el mundo aguardaba la llegada del sustituto de Splitter, el presidente azulgrana sorprendió con una inesperada vuelta de tuerca. Siempre al acecho de nuevas promesas, la entidad del Buesa Arena se lanzó a la caza de un joven alero serbio que hacía las delicias de media Europa con un talento innato para el baloncesto. Tentado por el Olympiacos y, sobre todo, por los Minnesota Timberwolves, Nemanja Bjelica acabó aceptando la oferta baskonista por cinco temporadas para seguir creciendo como jugador en Europa. De momento, las cosas no le están saliendo como esperaba por su escasa participación y la consagración definitiva de Fernando San Emeterio. Su pobre presencia en el Mundial de Turquía no hizo justicia a la increíble campaña que el alero cántabro culminó con su actuación en la final ante el Barcelona, pero el jugador criado en Valladolid representa como nadie ese carácter Baskonia que tantos éxitos ha regalado a los seguidores azulgranas.

récord de temporeros Junto con Tiago Splitter, el Caja Laboral cambió este verano a hombres como Carl English, Walter Herrmann o el hijo pródigo Lior Eliyahu, cuyo regreso al Maccabi de Tel Aviv fue el gran culebrón estival de este año. Para suplirlos, la secretaría técnica baskonista confió en David Logan, Marcus Haislip y una promesa de futuro llamada Dejan Musli, al que a sus 19 años, todavía le queda un largo camino por recorrer antes de triunfar en Vitoria. Pops Mensah-Bonsu ejerció de efímero refuerzo -ni siquiera completó un entrenamiento- antes de ser cortado por sus problemas en la rodilla, mientras el club de Betoño batió su récord de temporeros en este 2010: Andrés Rodríguez, Sean Singletary, Taquan Dean, Chris Lofton, Vladimir Micov, Milt Palacio, Vladimir Golubovic, Florent Pietrus, Martin Rancik y, el último, Pape Sow.

Clasificados para el Top 16 después de rozar la eliminación en plena fase regular, la escuadra vitoriana afronta 2011 con muchas dudas pero una única certeza: el concepto "periodo de transición" no entra en su vocabulario. Si el año que ya agoniza acabó deparando una alegría inigualable tras una campaña plagada de altibajos, quién sabe lo que el nuevo año traerá de regalo a este Caja Laboral.