vitoria. Su despedida del Baskonia el pasado verano sorprendió a todos. Su fuerte personalidad en el vestuario le había llevado a obtener la complicidad de los jugadores azulgranas, que durante la celebración del título de Liga en la balconada de San Miguel no dudaron en rendirle homenaje al cántico de "tira del carro, Navarro, tira del carro". Pero unos días después, el 5 de julio, la entidad del Buesa Arena anunciaba la marcha del entrenador vitoriano, iniciando una complicada búsqueda para cubrir su puesto que tuvo respuesta pocos días antes del estreno liguero en la figura de Toni Martorell, ayudante del Baloncesto Mallorca durante cuatro temporadas.

Precisamente, las islas Baleares -Menorca en este caso- fueron el destino del sobrino del veterano preparador Luis Albéniz, que aterrizó en el conjunto menorquín para colaborar con Paco Olmos. El adiós de Ibon Navarro fue una elección personal de Dusko Ivanovic, aunque el montenegrino nunca ha querido hablar abiertamente sobre el tema. Mañana, maestro y discípulo volverán a verse las caras en el Buesa Arena.

"La explicación que me dio el Baskonia es que fue una decisión del entrenador, que el perfil de persona que quería a su lado era otro y que por eso tomaba esa decisión", explicaba el segundo técnico del Menorca esta semana en una entrevista concedida al periódico balear Última Hora. "Mi salida fue traumática por lo inesperado, porque parecía que todo el mundo estaba contento con el cuerpo técnico e incluso había llegado a un acuerdo con el club para continuar. Durante la temporada se habló de la renovación e incluso de hacerla por más de un año. Fue más traumática por la sorpresa que por el hecho de salir", recuerda ahora, inmerso en la lucha por la supervivencia en la ACB de su equipo.