vitoria. Finalizar la primera vuelta de la fase regular con dos victorias en cinco partidos es un problema, pero no una hecatombe. En función del desenlace del duelo que el Caja Laboral disputará en Tel Aviv (20.45 horas/ETB-1), la escuadra vitoriana incluso tendría aún en su mano la posibilidad de pasar al Top 16 como líder de grupo, aunque en estos momentos el gran objetivo pasa por evitar una debacle de magnitudes bíblicas y entrar en la siguiente fase en el puesto que sea.
Nada mejor que un triunfo en la antigua Mano de Elías para encauzar de nuevo el rumbo de la nave dirigida por Dusko Ivanovic, henchida de orgullo y carácter tras la increíble victoria del pasado sábado ante el hasta ahora todopoderoso Barcelona de Xavi Pascual.
A partir de hoy, el Baskonia inicia un camino de baldosas amarillas con cinco muros que atravesar. El primero de ellos es, probablemente, el más complicado, pues esta escuadra macabea no es ni mucho menos el plantel en construcción que inauguró la competición continental el 21 de octubre cayendo 94-78 en el Buesa Arena. De hecho, los vitorianos pueden presumir de ser el único equipo que ha sido capaz de ganar a los hombres de David Blatt en lo que llevamos de temporada.
En la Liga israelí, el tótem hebreo acumula ya un promedio de seis triunfos en otros tantos partidos. La última jornada demostraron no tener piedad alguna al apabullar por 117-69 al Netanya, con 21 puntos y 9 rebotes de un Lior Eliyahu que ha recuperado en su hogar maternal la felicidad de la que careció durante su estancia en la capital alavesa.
diferencia de puntos A la espera de que Partizan y Zalgiris diriman esta tarde su enfrentamiento en el Pionir, y con el Asseco Prokom con solo una victoria en la cola del grupo A, el reparto de los cuatro puestos restantes que dan acceso al Top 16 puede quedar aletargado hasta la última jornada, como bien lleva augurando el propio Dusko Ivanovic desde el mismo día en el que se produjo la repartición de los grupos. Al menos, el conjunto azulgrana cuenta con el nada desdeñable salvoconducto que supone el escaso margen de puntos que ha sufrido en sus tres varapalos continentales hasta la fecha: cuatro puntos ante el Khimki, otros tantos frente al Zalgiris Kaunas en el pabellón de Zurbano y tres la semana pasada contra el Partizan de Belgrado. Diferencias perfectamente salvables durante la segunda vuelta que hoy arranca en el Nokia Arena.
Además de un pabellón en el que ayer ya no quedaba ninguna entrada sin vender, el Caja Laboral se topa de nuevo con un potente juego interior como piedra de toque para Stanko Barac, Marcus Haislip y Mirza Teletovic, obviando a un Dejan Musli sobre el que Dusko Ivanovic parece haberse cansado de hablar, a tenor del ruego que lanzó a los medios de comunicación presentes el lunes en la sala de prensa del Buesa Arena. Los kilos en la pintura de Sofoklis Schortsanitis, el talento ofensivo del ex azulgrana Eliyahu, la solvencia -poco utilizada hasta hora por Blatt- de Richard Hendrix, Perkins, Pargo o la muñeca de un Chuck Eidson que un día pudo ser baskonista han soldado un férreo bloque que transita ahora mismo por un increíble estado de forma.
Cuando suene la bocina, sea cual sea el resultado, llegará el momento de empezar a usar las calculadoras y no despegarse de ellas hasta el último encuentro de la primera fase ante el Partizan. Todo será más sencillo si el Baskonia regresa a Vitoria con un triunfo en la maleta.