Vitoria. La antigua Mano de Elías, el imponente santuario llamado ahora Nokia Arena donde el Maccabi viene exhibiendo con puño de hierro su indiscutible jerarquía, se prepara para revivir una pesadilla que se viste de baskonista. Mañana, coincidiendo con la apertura de la segunda vuelta de la ronda inicial de la Euroliga, se antoja una ocasión propicia para que sus viejos fantasmas reaparezcan con la visita del forastero que más pánico siembra y se ha especializado a lo largo de la década en abandonar con una mueca sonriente una de las canchas más emblemáticas del panorama baloncestístico continental.
De las diecisiete derrotas que el conjunto hebreo ha encajado en su pista desde que fue auspiciada la nueva Euroliga en la temporada 2001-02, cuatro llevan la firma azulgrana. Hay escenarios que incentivan el orgullo de cualquier visitante, equipos a los que uno coge la medida sin saber bien por qué o aros que para un jugador se convierten en una piscina de grandes dimensiones. Cuando el Caja Laboral pone rumbo a Tel Aviv, esa mezcla de sensaciones se combinan entre sí para formar un cóctel explosivo y profanar así una cancha carismática que suele cobrarse infinidad de cadáveres.
En este ocasión, además, urge que así sea dadas las apreturas clasificatorias de un equipo que ha encadenado tres derrotas consecutivas y mantiene en el aire el billete para el Top 16. Una tesitura inviable de la que, si bien alertó en su día Dusko Ivanovic, se ha plasmado contra todo pronóstico. Para quebrar esta racha, el maratoniano alavés presume de ser el bloque europeo con más victorias en su haber. Además de él, lo han conseguido por partida doble durante estos años el Lietuvos Rytas y el Unicaja, además del Panathinaikos, Olympiacos, Real Madrid Partizan, Efes Pilsen, Zalgiris, CSKA, Benetton y Skipper Bolonia en una solitaria ocasión.
el mago "benito" La veda se abrió aquella inolvidable velada del 6 de marzo de 2002, la temporada del único doblete firmado por el club a lo largo de su historia. Esa Euroliga deparó una victoria de ensueño en la segunda jornada del Top 16, sellada in extremis por Elmer Bennett. El genial base de Evanston, uno de los grandes iconos del Buesa Arena, firmó un triple matador sobre la bocina (77-78) que convirtió el recinto macabeo en un velatorio. A la postre no sirvió de mucho, ya que aquel Maccabi de, entre otros, Arriel McDonald, Anthony Parker, Nate Huffman y Huseyin Besok vengó la afrenta en la vuelta del Buesa Arena (65-94) y privó a los alaveses de repetir final continental.
Para asistir a la siguiente puñalada en el corazón del principal emblema de Israel, no habría que esperar mucho. El 12 de diciembre de 2002, un ejercicio aciago marcado por un verano accidentado -la espantada de Pat Burke, el descarte de Raja Bell, los tardíos fichajes de Jerome Allen y Rashard Griffith...-, el antiguo TAU Cerámica también salió indemne (69-72) de la caldera de La Mano de Elías. Con ilustres como Calderón o Nocioni en nómina que ya comenzaban a labrarse un nombre por las canchas continentales, la tropa de Ivanovic volvió a hurgar en la herida gracias, en parte, a los 16 puntos materializados por el finés Hanno Mottola.
Tras varias temporadas en las que el azar del sorteo evitó un emparejamiento entre vascos y hebreos, ambos coincidieron nuevamente en la primera fase de la Euroliga 2006-07. Apenas unos días después de que una angina de pecho frustrara la continuidad de Velimir Perasovic en el banquillo baskonista y mientras Josean Querejeta meditaba en su despacho la identidad del nuevo responsable técnico (Bozidar Maljkovic), el Caja Laboral afrontó una prueba de fuego en Tel Aviv.
Con Natxo Lezkano al mando de las operaciones de manera interina y un equipo que no acertaba a dar con la tecla de la regularidad, llegaría el tercer triunfo de la historia en la apertura del Top 16. Gracias al excelente resultado (68-79) cosechado en el santuario macabeo, el equipo pondría los cimientos para la clasificación hacia la Final Four de Atenas. Los Scola, Splitter, Prigioni, Rakocevic y compañía rindieron tributo así al ahora preparador del Efes Pilsen, que abandonó la entidad por la puerta de atrás flotando en el ambiente la sensación de que las altas esferas no estaban plenamente satisfechas con su labor.
diluvio universal La última ocasión en que el Caja Laboral profanó la pista del Maccabi tuvo lugar el 10 de diciembre de 2009. En una noche presidida por el salvaje tiroteo exterior a cargo de unos celestiales Mirza Teletovic y Carl English, el equipo vitoriano consiguió otro rotundo éxito (82-91) que reafirmó su condición de bestia negra para uno de los clubes con mayor solera de la Euroliga. Mientras todos los focos apuntaban a Lior Eliyahu, recibido en loor de multitudes en el regreso a su querida Tel Aviv, el bosnio y el canadiense se confabularon para conseguir 14 triples entre ambos.
El recuerdo de estas épicas gestas constituye la mejor terapia para afrontar mañana (20.45 horas) un partido que marcará el destino continental del Baskonia en esta irregular primera fase. El Nokia Arena, donde no cabrá un alfiler y las entradas ya están agotadas desde hace días, volverá a ser otra prueba de fuego para un colectivo con cada vez menos margen de error. "Es un placer jugar en Tel Aviv", explicó ayer Ivanovic a la hora de referirse a una de sus pistas talismán. Aquí reside, quizá, la llave del éxito.