vitoria. Fernando San Emeterio volvió a cuajar ayer otro partido sensacional. El alero cántabro, cuya raza y determinación llevaron en volandas al equipo en el último cuarto, prendió la mecha de la reacción y contagió su indomable espíritu al resto de integrantes baskonistas. Con un titánico esfuerzo defensivo ante Mickeal y varias canastas sensacionales que levantaron al público de los asientos, el Caja Laboral puso los cimientos de la remontada. Sin desmerecer al resto, especialmente un Teletovic que exhibió su instinto asesino en el tramo final, Oleson y Barac se constituyeron en sus lugartenientes de lujo. El escolta de Alaska, sostén ofensivo durante la primera mitad, cuajó su mejor actuación de la temporada, mientras que el croata elevó su autoestima con otro sobresaliente papel ante, posiblemente, el mejor quinteto de pívots del Viejo Continente.