A la espera de que esta tarde se disputen los duelos entre Zalgiris y Khimki, por un lado, y Maccabi de Tel Aviv contra Asseco Prokom, la derrota cosechada ayer en el Pionir de Belgrado por el Caja Laboral supone un duro golpe para los intereses de la escuadra vitoriana, que se queda sin mucho margen de error para el resto de la fase regular. Máxime si tenemos en cuenta que la próxima semana el cuadro azulgrana debe disputar un nuevo encuentro como visitante, nada menos que en Tel Aviv.

A día de hoy, la escuadra dirigida por Dusko Ivanovic ocupa la penúltima plaza del grupo A, con dos victorias -Maccabi y Prokom en el arranque de la competición continental- y tres derrotas consecutivas -Khimki, Zalgiris y la de ayer ante el Partizan-. Tras viajar a Israel, el Baskonia recibirá al equipo polaco primero y al cuadro de Sergio Scariolo después, para posteriormente desplazarse a Lituania y finiquitar la primera fase de la Euroliga en el Buesa Arena contra el mismo equipo que ayer venció a los vitorianos.

Tras caer en el mítico Pionir, Ivanovic no tuvo reparos en admitir que la presión había superado a sus pupilos. "Sabíamos el tipo de atmósfera que nos íbamos a encontrar aquí en Belgrado. A pesar de eso, mis jugadores han sido víctimas de la presión. No hemos sabido detener ni controlar los puntos fuertes del Partizan, como el rebote ofensivo, y además hemos fallado lanzamientos claros desde debajo de la canasta", lamentó el entrenador baskonista, que una vez más -como lleva haciendo desde el arranque de la competición- recordó que habrá que aguardar hasta el último partido para dirimir la composición final del cuadro. "He dicho muchas veces que el nuestro es el grupo más equilibrado de todos, y no sería ninguna sorpresa que la diferencia de puntos acabe decidiendo los equipos que pasan al Top 16", concluyó el preparador azulgrana antes de regresar a Vitoria.

Ahora, al Caja Laboral le toca empezar a preparar otro duelo complicadísimo que llegará este sábado a partir de las 18.00 horas, cuando la escuadra vitoriana recibirá en el pabellón de Zurbano al hasta ahora todopoderoso Barcelona, que sin embargo ayer sucumbió en Siena contra el Montepaschi por 76-67.