los grandes equipos como el Baskonia nunca deben ponerse una venda en los ojos y obviar sus carencias pese a la bonanza clasificatoria o el hecho de sumar victorias de cierto prestigio. Desde que Tiago Splitter emigrara el pasado verano a los Spurs y abriera un boquete de dimensiones gigantescas en la zona, el campeón de la ACB tiene un preocupante agujero conocido por todos sus rivales: el juego interior. Los hay que no pueden hurgar en la herida por sus limitaciones presupuestarias o por simple incapacidad, pero otros, en cambio, atesoran la munición suficiente para cuestionar la solidez azulgrana en un apartado determinante del juego.
El Fuenlabrada estuvo a punto de profanar el Buesa Arena gracias, en parte, al devastador poderío acreditado ayer por sus dos vigas interiores. El mexicano Ayón reapareció sorpresivamente tras una lesión, pero esa falta de ritmo no fue óbice para que en los primeros compases destapara las débiles costuras alavesas. Con el paso de los minutos le tomó el relevo Esteban Batista, una tentación para cualquier grande de la ACB que disparó su, ya de por sí, elevada cotización con una actuación espectacular.
En la guarida de uno de sus numerosos pretendientes del pasado verano y una sobremotivación que saltaba a la vista, Batista paseó su jerarquía. En un escenario donde casi todas las miradas estaban concentradas en sus evoluciones, no defraudó e hizo sangre con unos números dignos de elogio (22 puntos, 11 rebotes y 5 faltas recibidas).
Muchos le han tachado para su proyecto por ser un poste tosco, pero a la hora de la verdad posee variados recursos para anotar y no rehúye el juego de espaldas, una virtud que hoy en día está en extinción entre los hombres altos. Otros clubes han alegado su falta de centímetros para competir en la Euroliga, aunque por lo visto ayer también es capaz de dominar a jugadores más espigados. Consciente del tesoro que tiene entre sus manos, el Fuenlabrada ha adoptado una postura de fuerza para retenerle en cualquier negociación. Y no se ha equivocado, más teniendo en cuenta ese jugoso pasaporte español que le permitirá adquirir el status de comunitario.
Batista dejó en evidencia a Barac, que como ya sucediera en Málaga volvió a fracasar en una prueba de calado y cuya soledad resulta muy inquietante. Maldonado ordenó una tarea de acoso y derribo sobre el gigante croata, cuyo buen inicio careció de continuidad. Si bien intimidó sus primeros tiros, el paulatino paso de los minutos dio paso a una exhibición del ex del Maccabi. Su habilidad para sacar al de Mostar de la zona y quebrarle la cintura en los desplazamientos laterales se fue cobrando las faltas de la principal referencia interior baskonista.
musli, un estreno discreto La baja de última hora de Rancik, al que una inoportuna lumbalgia le borró del pulso, redujo el abanico de posibilidades a Ivanovic para efectuar las rotaciones. Tras varias jornadas contemplando los toros de la barrera y su interesante aparición en la histórica gira estadounidense, el técnico montenegrino concedió por fin la alternativa al joven poste balcánico. La tempranera segunda falta de Teletovic aceleró su debut en el minuto 6. Lo cierto es que sus primeras prestaciones no satisficieron a su técnico, quien rápidamente le devolvió al banquillo en beneficio de Bjelica.
Dado que el ex del Estrella Roja tampoco cumplió las expectativas y que Barac se mostraba impotente para frenar el manantial anotador de Batista, Musli volvió a irrumpir en el segundo cuarto. En ese tramo, dejó algunos destellos como su movilidad cerca del aro o esa canasta tras un excelente reverso que supuso el momentáneo 25-32 en el marcador. Más allá de eso, evidenció que todavía le faltan horas de vuelo. Su bisoñez le hace carne de una posible cesión a otro club, una hipótesis que de momento no se contempla en las altas esferas del club vitoriano pero que puede ser la única salida cuando Haislip se recupere de su lesión muscular y sus minutos se produzcan con cuentagotas. Por unas u otras razones, el Caja Laboral demanda con urgencia soluciones.