vitoria. Al fin, fumata blanca. Tras una larguísima semana en la que ha mantenido en vilo a todo el baskonismo, Nemanja Bjelica dio finalmente ayer el sí al Caja Laboral y en breve será anunciado oficialmente como el segundo fichaje para la temporada 2010-11 tras el base-escolta David Logan. El bisoño alero serbio ha deshojado la margarita tras protagonizar uno de los culebrones del verano y, en parte mediatizado por la codicia de sus agentes, convertir su futuro en una especie de mercado persa al optar por venderse al mejor postor. Tanto nerviosismo ha merecido a la postre la pena para la entidad vitoriana, que concreta la llegada de una de las promesas más pujantes que todavía sobreviven en el Viejo Continente.

Después de numerosas idas y venidas, constantes ofertas y contraofertas que ralentizaban una y otra vez el desenlace positivo de una operación escabrosa a más no poder, Bjelica dio su visto bueno a la proposición azulgrana en la jornada de ayer. Justo cuando expiraba el ultimátum que se le lanzó desde las oficinas del Buesa Arena para que respondiera afirmativa o negativamente a la oferta trasladada días atrás. Y es que la paciencia del Baskonia, consciente de que este movimiento resultaba crucial para configurar su nuevo proyecto a falta de menos de dos semanas para el arranque de la pretemporada, comenzaba a llegar a su fin. Con una mezcla de estupor y también de cierta indignación, la excesiva tardanza de Bjelica sembraba de dudas otras operaciones aparejadas a su posible llegada.

El juego sucio creado por el entorno del internacional serbio, que se ha dedicado desde el pasado miércoles a airear ofertas ficticias procedentes del Olympiacos que no se ajustaban a la realidad, no ha hecho sino dilatar el aterrizaje de un alero por el que el Caja Laboral ha apostado fortísimo desde un primer momento. Pese a tratarse de una petición expresa de Dusan Ivkovic, al mismo tiempo seleccionador plavi, el opulento club heleno optó por retirarse de la puja a mediados de la pasada semana al no querer igualar las mareantes cifras propuestas desde la capital alavesa.

El Caja Laboral cierra positivamente una de las operaciones más ambiciosas del último lustro. El montante económico a abonar por Josean Querejeta entre el pago de la correspondiente indemnización al Benetton, poseedor de los derechos de Bjelica, y la remuneración del baloncestista balcánico durante sus años de contrato en el Buesa Arena oscilará entre los cuatro y cinco millones de euros. Según detallaron ayer diferentes medios serbios, el pacto entre ambas partes comprende una estancia de cinco temporadas, es decir una más de lo previsto inicialmente. Como cabía esperar, la cláusula de salida hacia los Timberwolves de Minnesota se mantendrá para el final de la segunda, en concreto la 2011-12.

unos comienzos difíciles Tras la dolorosa fuga de Splitter hacia la NBA, el desembarco de Nemanja Bjelica supone un espaldarazo para las aspiraciones alavesas de seguir compitiendo al más alto nivel tanto en la ACB como en la Euroliga. De 22 años y 2,09 metros, este imberbe tres nacido en Belgrado está llamado a marcar diferencias a poco que mantenga la excelente progresión acreditada los dos últimos años en el Estrella Roja. En su país natal, se le compara incluso con el legendario Toni Kukoc por su asombrosa capacidad para amoldarse a cuatro posiciones distintas. Los informes hablan de un jugador con movimientos perfectamente coordinados, dotado de una buena lectura del juego y un gran manejo del balón. Su abrumadora ventaja física también le permite disponer de un peligro mortal en el uno contra uno.

Desde el Buesa Arena se considera que Bjelica posee los fundamentos técnicos para erigirse en una estrella a poco que fortalezca su musculación y pula su tiro exterior, acaso su punto más débil. Internacional con Serbia en el pasado Europeo de Polonia, donde conquistó la medalla de plata, el inminente fichaje baskonista vivió unos difíciles comienzos como baloncestista. Con sólo 15 años y cuando regresaba de un entrenamiento con el Partizan, los integrantes de una banda le rompieron el codo y permaneció cuatro meses de baja. Tras un fugaz paso por el Superfund serbio, su agente intentó encontrarle acomodo en el Rimini, un equipo de la segunda división italiana. El hecho de ser extranjero le dejó sin hueco hasta que inició una sorprendente aventura en el baloncesto austriaco con los Lions Traiskirchen de Arkadia. Una fractura de la pierna volvió a cortar su progresión hasta que Svetislav Pesic le reclutó para el Estrella Roja en el verano de 2008. Desde entonces, no ha dejado de crecer.