El draft más descafeinado de los últimos años, con una simbólica presencia de jugadores europeos, no deparó ninguna sorpresa durante la pasada madrugada en el Madison Square Garden. El base John Wall, procedente de Kentucky, se convirtió en la indiscutible estrella después de ser escogido, como cabía esperar, con el número 1 por los Wizards de Washington. Otro timonel, Evan Turner, formado en Ohio State, fue elegido a continuación por los Sixers de Filadelfia para que pueda formar parte de su nueva reconstrucción. El peor equipo del pasado ejercicio, Nueva Jersey Nets, se decantó en tercer lugar por el pívot Derrick Favors (Georgia Tech) para reforzar su juego bajo los aros.
Aparte de las elecciones de nuevos jugadores, la lotería de novatos estuvo marcada por el habitual carrusel de traspasos, en el que Miami Heat, Chicago Bulls, New York Knicks y New Jersey lograron reducir carga salarial de cara al fichaje de agentes libres, que se iniciará el 1 de julio y cuenta con el aliciente de Lebron James, Chris Bosh o Dwayne Wade como principales reclamos. Al contrario de lo que se había especulado en los últimos días, Portland y Toronto no incluyeron en ningún intercambio a Rudy Fernández y José Manuel Calderón respectivamente.
Los Spurs, franquicia que posee desde 2007 los derechos del baskonista Tiago Splitter, apostó en primera ronda por el escolta James Anderson y, en segunda, por el desconocido británico Ryan Richards, un ala-pívot propiedad del Gran Canaria cedido la pasada temporada a un conjunto suizo y que, a sus 19 años, deberá foguearse en el baloncesto europeo durante los próximos años para cruzar el charco. Esta doble elección provoca que la necesidad por parte de San Antonio de incorporar al interior brasileño del Caja Laboral sea si cabe más acuciante habida cuenta de su escuálida nómina de hombres altos solventes.
Para que su deseo se haga realidad, el equipo texano se verá obligado a soltar lastre en próximas fechas para ajustarse al límite salarial fijado en la NBA y poder trasladar así al de Joinville una oferta convincente que le disuada definitivamente de continuar en tierras alavesas. Según medios locales, los dirigentes bajaran cinco años de contrato y una cantidad próxima a los 30 millones de dólares, aunque de momento esta posibilidad no está ni mucho menos clara.
Por lo demás, fue el tercer draft de la década en el que no estuvo presente ningún baloncestista español tras las ediciones de 2003 y 2008. Si bien el año pasado fueron seleccionados Ricky Rubio (número 5), Víctor Claver (22) y Sergio Llull (34), esta vez los prometedores Pablo Aguilar (Granada), Xavi Rabaseda y Mamadou Samb -ambos ligados al Barcelona- retiraron su candidatura tras declararse elegibles con anterioridad. El pívot brasileño del Unicaja Paulo Prestes, cedido el pasado curso en el CB Murcia, fue escogido por Minnesota Timberwolves en una elección traspasada.