El draft menos europeo de los últimos años prenderá esta madrugada la mecha del verano más caliente que se recuerda en la NBA. No por la propia elección de las jóvenes estrellas, sino por los movimientos que se producirán en cuanto acabe. Los seguidores del mejor baloncesto del mundo llevan meses -años incluso- haciendo cábalas sobre los cambios de piezas que se van a destapar en los próximos días. No es para menos, teniendo en cuenta los nombres que entran en un mercado en el que multitud de franquicias de la competición estadounidense buscan someter sus plantillas a una completa cirugía estética.
Lebron James, Dwyane Wade, Chris Bosh, Joe Johnson, Amar"e Stoudemire, Yao Ming, Luis Scola o incluso el aún jugador de Olympiacos Josh Childress son algunos de los hombres que están en disposición de negociar un multimillonario contrato en el destino que más les guste a partir del 1 de julio. Hasta Shaquille O"Neal, a sus 38 años, intentará prolongar su carrera como buenamente pueda.
Pero antes de que eso ocurra, esta madrugada un puñado de equipos empezarán a cimentar nuevas ilusiones sobre jovenzuelos dispuestos a vender su alma por un pedazo de gloria. Ése es el caso de John Wall. Futura estrella indiscutible para muchos, promesa cogida con pinzas para otros pocos, el eléctrico base de la universidad de Kentucky tiene todas las papeletas para convertirse en el nuevo número uno del draft de la mano de los Washington Wizards. Cualquier otro nombre que suba en primer lugar a darse un apretón de manos con David Stern será una sorpresa mastodóntica.
A sus 20 años, el timonel de los Wildcats es pura fibra. Capaz de volver loco a sus pares con un giro de cadera, Wall firmó hace poco un suculento contrato con Reebok como nueva imagen de marca de la firma de ropa deportiva en sustitución de Allen Iverson. Los 25 millones de dólares por cinco años que llenarán sus arcas gracias a este acuerdo convertirán su primer sueldo profesional con los Wizards en una mera formalidad contractual.
Rapidísimo, ambidiestro y excelente pasador, sólo su excesiva tendencia a lanzarse algunas pedradas en los momentos más inoportunos lastran ligeramente la proyección de este joven de 1,93 metros, adicto a los mates espectaculares, al que muchos comparan con el mejor Isiah Thomas. Su arresto el pasado año por una travesura adolescente en la que, acompañado de un par de amigos, ocuparon una casa en venta para celebrar una fiesta supuso un shock para la comunidad de Raleigh, en Carolina del Norte, poco antes de que el joven Wall protagonizara portadas como la de Sports Illustrated, acompañada de la frase "el mejor jugador del país".
miroslav raduljica Cuando Johnathan Hildred Wall haya asfaltado ya su autopista a la fama en el estadio Madison Square Garden, Filadelfia -nuevo hogar de Andrés Nocioni, donde todo apunta a que compartirá vestuario con el exterior de Ohio Even Turner, que será elegido en segunda posición-, New Jersey, Minnesota y Sacramento, por este orden, amarrarán después a sus imberbes y oscuros objetos de deseo en un draft en el que, por primera vez desde 1997, puede que no aparezca ningún europeo en primera ronda. Nemanja Bjelica, el francés Kevin Seraphin, Pleiss, Shved o el pívot serbio Miroslav Raduljica son los principales candidatos continentales en el mediático zoco norteamericano. El propio Baskonia estará muy pendiente de lo que suceda con Raduljica, pretendido por la entidad vitoriana -y por media Europa, con el Efes Pilsen en cabeza- para ocupar uno de los puestos interiores en la era post Splitter. En definitiva, tanto Estados Unidos como Europa estarán la próxima madrugada pendientes de lo que ocurra en Nueva York y, sobre todo, de los movimientos que se generen próximamente. El futuro de muchos jugadores, presentes o no en este draft, se dirimirá en esta lotería.