vitoria. Por méritos propios, el de Bijelo Polje ya ha entrado con letras mayúsculas en la historia azulgrana. Josean Querejeta ha encontrado en él al técnico ideal: trabajador, exigente, amante de la disciplina y con la ambición por bandera. Sólo así se explica la memorable gesta vitoriana ante el Barcelona. Son ya siete años de éxitos -y también alguna decepción- en la capital alavesa en los que, por encima de otras consideraciones, está dejando una huella de profesional intachable. Sus detractores poco tienen que alegar ya ante un entrenador que, al frente del Baskonia, ha conseguido dos Ligas, tres Copas y una Supercopa. Sólo se le resiste la Euroliga, pero muchos son los que creen que un tipo tan testarudo terminará conduciéndola algún día a las vitrinas del Buesa Arena.

Ya en frío tras unos días de celebraciones. ¿Qué balance hace de la temporada recién concluida?

Creo que tenemos motivos para estar contentos. La verdad es que me encuentro muy satisfecho por haber ganado esta Liga tan difícil. Se lo merecen los jugadores, que han trabajado muy bien, el club y esta afición tan maravillosa que el jueves demostró su grandeza. Lo sucedido en la final ante el Barcelona es para sentirnos orgullosos.

Menos mal que muchos hablaban de "un año de transición", ¿verdad?

Sí, es cierto. El Baskonia está hecho de una pasta especial. Antes de comenzar la temporada no se contaba mucho con nosotros, pero ya estamos acostumbrados. Siempre es así. En los últimos diez o quince años, este club ha demostrado que, con independencia de la plantilla que conforme, aspira al título en todas las competiciones o, en su defecto, a llegar lo más lejos posible. Teníamos ambición y pensaba desde un primer momento que podíamos luchar por cualquier título. Al final, conseguimos una Liga que posee mucho valor.

No sólo han competido contra, posiblemente, el mejor conjunto europeo de los últimos años sino contra una interminable plaga de lesiones que trastocó todos los planes. ¿Más mérito?

Bueno, siempre digo que las lesiones forman parte de este trabajo. Lo importante no es la lesión en sí, sino saber adaptarse a la situación, lograr que el equipo funcione y que otros jugadores aporten más para que nada se resienta. Nosotros comenzamos la temporada asimilando que nos faltarían jugadores importantes como Oleson o Herrmann. A pesar de todos los problemas, estuvimos arriba. Sin Tiago, también conseguimos superar el Top 16. Lo importante es que el conjunto, con independencia de las ausencias, siempre estuvo preparado para luchar. La lástima es que nunca hemos tenido la posibilidad de ver qué equipo habíamos compuesto, ya que en ningún momento estuvimos completos. En el play off, también nos faltó Barac. La verdad es que no sé donde habría estado nuestro techo de haber contado con todos. Entonces, debemos estar contentos con nuestro papel.

Preguntarle por el secreto puede ser algo recurrente. Trabajo y más trabajo o ¿hay algo más?

Mira, con ambición, fe y, como dices, trabajo, uno puede ir al fin del mundo. Cuando se gana, siempre puede haber algún detalle que marque la diferencia, pero lo primero de todo para ser mejor que tu rival es trabajar mucho y tener gente en tu plantilla que crea en lo que haces. Entonces, ese detalle es lo que decide si alcanzas la gloria o no.

A priori, el equipo de este curso atesoraba menos calidad que otros del pasado. ¿La diferencia ha sido el compromiso?

No, yo no he visto mucha diferencia entre este Baskonia y otros que he dirigido. Puede ser que la plantilla de esta campaña fuera más joven. Que un equipo esté formado por jugadores expertos o jóvenes siempre tiene sus cosas positivas y negativas, pero si me dan a elegir, cogería la juventud porque creo que esto siempre te da un plus. Creo que ésta ha sido la principal diferencia. Este equipo ha sabido sufrir y pasar algunos momentos duros.

Todas las victorias ante Madrid y Barcelona se forjaron en finales igualados. ¿Cómo se forja un equipo tan duro mentalmente?

Bueno, eso se prepara durante todo el año con mucho trabajo. Ganar así siempre te ayuda a crecer y aumenta la confianza.

Ha sido un triunfo del colectivo, pero algunos nombres propios han sobresalido del resto. ¿Verdad?

Es cierto que San Emeterio y Marcelo han rayado a un gran nivel, pero también Eliyahu, Palacio o Teletovic durante todo el año. No es una cuestión de destacar a uno en concreto. Estoy muy contento del trabajo de todos. Desde el principio de temporada hasta el final, todos han ido progresando poco a poco. En el play off, todos los que han jugado, ya fuera uno o los cuarenta minutos, dieron la talla.

¿Fue la eliminación continental el punto de inflexión necesario para que se viera al auténtico Caja Laboral?

Yo creo que a partir de esa eliminatoria ante el CSKA, en la que nuestros dos primeros partidos fueron malos, sí cambiaron cosas y nos permitió aprender una lección. En los siguientes de Vitoria jugamos muy bien. Es cierto que perdimos, pero los jugadores a partir de se momento comprobaron que podían y tenían calidad para competir contra cualquiera. El CSKA tuvo algo más de suerte o una defensa un poco mejor, pero estuvimos codo con codo contra uno de los grandes de Europa. Fue un momento importante para cambiar la mentalidad. Desde entonces, con un partido a la semana, aprovechamos muy bien para subir nuestra intensidad de trabajo y pulir algunos detalles.

De todos los títulos que ha conseguido en su carrera, ¿qué importancia otorga a esta Liga?

No es el que más ilusión me ha hecho porque todos son importantes, pero sí creo que éste sí posee mucho valor mirando la calidad de la última Liga, cómo se ha producido y los tres rivales a los que nos hemos enfrentado. Creo que tiene mucho mérito.

La tendencia de este verano parece clara. Los grandes volverán a reforzarse hasta los dientes y el Caja Laboral, desgraciadamente, perderá a Splitter. ¿Preocupado?

El Baskonia ha conseguido durante los últimos años seguir arriba pese a la marcha de grandes jugadores a la NBA. El club posee una sólida estructura que le permite fichar bien, trabajar bien y quedarse arriba en todas las competiciones. Todavía hay una posibilidad pequeña de que Tiago se quede. Hay que esperar.

¿Produce vértigo o miedo un equipo sin él al frente?

No, no. No voy a descubrir quién es. Soy perfectamente consciente de que si al final se marcha, será imposible que encontremos un jugador de su misma calidad. En ese caso, deberíamos ir en otra línea y encontrar otros jugadores que hagan funcionar al equipo. Pero, uno por uno, es muy difícil, por no decir imposible, que alguien supla su vacío.

¿Cómo podría definir al brasileño? ¿Es uno de los grandes jugadores a los que ha dirigido?

Sí, por descontado. Tiago ha sido MVP en todas las competiciones y es un pívot determinante en todas las competiciones.

A simple vista, ¿necesita muchos retoques la plantilla campeona?

(Aguarda unos segundos para contestar). Se harán sólo los cambios estrictamente necesarios para que el equipo vuelva a estar otra vez entre los mejores. Hay una base sólida, pero todavía es pronto para hablar. Queda un verano largo por delante y pueden suceder muchas cosas.

Si ya le unían numerosos lazos con Vitoria, el club y la afición, ¿su apego al baskonismo es ahora mayor?

No. Aunque no hubiésemos ganado, me siento muy a gusto aquí y siento un cariño enorme por toda la gente de la ciudad. No tengo palabras de agradecimiento para este público. Ellos forman parte de nuestros éxitos. Fuera de su apoyo al Baskonia, también son muy buena gente.

El ahora Caja Laboral y usted, ¿han nacido el uno para el otro?

No lo sé. Lo único que puede decir es que me siento un privilegiado. Llevo siete años increíbles aquí. ¿Mi matrimonio con Querejeta? No lo sé si seguiré más años. Estoy muy feliz, tengo un año más de contrato y esto es algo que debe decidir el club. Es evidente que estamos funcionando bien y que nos compenetramos en el trabajo.

El presidente ha dicho que, sin usted como técnico, no habrían ni llegado a la final ni, mucho menos, sido campeones. ¿Lo comparte?

No lo sé. Es un halago para mí, pero eso nunca se sabrá. Puede ser que con otro entrenador también se hubiese ganado la Liga.

De los emotivos momentos que ha vivido en las últimas horas, ¿con qué se queda?

Uff... Muchas cosas. Lo primero de todo, la felicidad de mi familia y, después, la alegría que embarga a toda la gente de Vitoria. Cuando ganas una vez al año, está bien, pero es mucho más importante recibir el cariño de toda la gente que está contigo cada día. Eso, desde luego, no se paga con dinero.