Supongo que habrá sido una noche muy larga...

Sí, la verdad es que sí. Ayer (por el martes) fuimos primero a cenar y después nos juntamos con la afición que estaba celebrando la victoria por el centro de Vitoria. Ahora ya tengo ganas de descansar y de ir para casa, que mañana (por hoy) tenemos la celebración en la plaza de la Virgen Blanca y es un momento que me hace muchísima ilusión. Así que todavía toca celebrarlo un poco más.

¿Ha tenido oportunidad de ver por televisión su increíble jugada final?

No, con la celebración y todo eso todavía no he tenido la posibilidad de verlo, pero soy capaz de recordarlo todo perfectamente. Supongo que la veré, pero lo que tengo aquí (se señala a la cabeza) no se me va a olvidar nunca porque fue una gozada.

76-78 en el marcador, siete segundos y medio para el final, Basile falla su segundo tiro libre...

Cojo el rebote y lo único que intento es ir para adelante. Cuando me acerco a la canasta, lo primero que pienso es en tirar un triple, pero entonces me viene a la cabeza la eliminatoria que perdimos ante el CSKA de Moscú en la que, en una situación parecida, me la jugué y fallé la canasta de tres puntos. Así que decido penetrar y lanzarme a por la canasta. No te puedo decir como entró el balón ni cómo me hacen la falta, porque a partir de ahí lo siguiente que recuerdo es que tenía que estar lo más tranquilo posible para intentar meter el tiro libre.

Se planta en la línea de personal y ¿qué siente?, ¿escucha los gritos o sólo hay silencio en su mente?

Lo único que hacía era repetirme a mí mismo que debía estar totalmente centrado en meterlo como fuera. Y al final entró, gracias a Dios.

¿Nada más?

Bueno, intentas pensar que es un tiro normal y corriente en un partido más, aunque no lo era ni mucho menos. Siempre he pensado que meter un tiro libre es una acción basada en la concentración.

Basile se colocó cerca de usted en el momento del tiro libre y se le acercó para interponerse cuando se disponía a lanzar. El italiano fue un poco más allá de la mera distracción.

No lo sé. No lo he visto repetido y, en ese momento, no llegué a sentir que se me acercara más de lo normal, aunque sólo estaba preocupado y concentrado en meter el tiro y la verdad es que no me fijé en nada más durante ese instante.

Lo que sí vería fue el último tiro desde su casa y a la desesperada del propio Basile, que incluso llega a tocar el aro. Habría sido un mazazo.

Sí, eso sí que lo vi perfectamente, porque no pude distraer la mirada cuando veía que el balón que él había lanzado se dirigía directo a nuestra canasta justo por encima mío. Mientras lo miraba caer pensaba una y otra vez en que no entrara, que por favor no entrara. Cuando me di cuenta de que no lo hacía llegó el éxtasis.

Ha logrado algo con lo que todo jugador sueña pero muy pocos han sido capaz de conseguir: anotar una canasta que vale una Liga.

Sinceramente, creo yo que ni siquiera he llegado a soñar nunca con meter una canasta así. Lo que me ha pasado ha sido mucho mejor que un sueño.

Antes de partir hacia Barcelona ustedes se afanaron en insistir constantemente que se podía ganar al equipo de Xavi Pascual, que no era imbatible. Pero seguro que percibían que nadie llegaba a creerles demasiado.

(Risas) Sí, nosotros notábamos eso perfectamente. Creo que la gente pensaba que lo decíamos porque teníamos que decirlo, porque era nuestra obligación. Pero nosotros creíamos realmente que podíamos ganar esta Liga al Barcelona.

¿Con un 3-0?

Evidentemente, no te voy a decir que pensábamos que podíamos ganar de esta manera, con un 3-0 en la eliminatoria, pero sí sabíamos que podíamos pelear el título, como al final ha sido. Ha quedado un guión perfecto.

¿Tuvieron alguna charla conjunta en el vestuario, sólo los jugadores o con el cuerpo técnico, para conjurarse de cara al partido del martes?

No, nada en especial. Siempre que podíamos hablábamos de que no debíamos perder la concentración en ningún momento, porque estábamos ante el mejor equipo de Europa y sabíamos que, si les dábamos un ápice de vida, nos podían remontar. Nos centramos en seguir jugando como lo habíamos hecho en Barcelona, y que si nos ganaban que fuera en un partido igualado, como al final fue. Pero estábamos seguros de que tarde o temprano la victoria definitiva iba a caer de nuestro lado.

La sensación que tenía mucha gente era que, si el Barça ganaba el martes, supondría una peligrosa inyección de autoestima para la resquebrajada moral del cuadro culé.

Sí, teníamos la sensación de que todo se tenía que acabar ayer (por el martes). Sin embargo, personalmente, no creo que si nos hubieran ganado este último partido habríamos estado perdidos. Nos habíamos ganado el derecho a tener tres oportunidades, dos de ellas en casa ante nuestro público, y gracias a Dios acertamos en la la primera que tuvimos.

Se casa dentro de unas semanas, así que las emociones fuertes no han acabado para usted.

(Risas) Sí, la verdad es que está siendo un año perfecto. Primero gano la Liga, ahora me caso... Estoy superfeliz. En los próximos días me iré ya para Valladolid.

Y, el 23 de junio, Sergio Scariolo anunciará la convocatoria definitiva de la selección española para el Mundial de Turquía.

Bueno, eso lo veremos el día 23.

¿Le molesta estar respondiendo siempre preguntas sobre su posible inclusión en el combinado nacional?

No, de verdad que no. Yo entiendo que me tienes que preguntar esas cosas, pero el problema es que no puedo hacer nada con el tema de la selección, salvo trabajar y dar el máximo para el equipo. Ahora estaba centrado en ganar este título, igual que durante la Copa del Rey estaba concentrado en ganarla, y no puedo pensar más allá porque eso te lleva a salirte un poco de la concentración que necesitas. Por supuesto que me hace muchísima ilusión jugar en la selección, pero bueno, mientras estoy en la competición prefiero no pensar mas allá.

Le quedan dos años en Vitoria. ¿No va a pedir una mejora de contrato a cambio de esta Liga?

(Risas) No, no, para nada. Estoy contento en el club. Este año ha sido maravilloso y estoy encantado.

Como cambian las cosas en apenas un año. Hay un mundo entre lo que sufrió el pasado verano y lo que está viviendo ahora.

Sí, la verdad es que ha sido todo como de película. Empieza en julio, cuando por las circunstancias de mercado el club me comunica que no quiere contar conmigo, y acaba con este último tiro libre adicional que nos da una Liga. Es un sueño.