Vitoria. Un proyecto en continua construcción. Año tras año el Baskonia se reinventa a sí mismo. La culpa de esta continua reconstrucción la tiene la salida permanente de las principales figuras del club gasteiztarra. Año tras año hay que edificar un nuevo bloque. El arquitecto encargado del mismo es Josean Querejeta, quien ha sabido dirigir tan complicada labor siempre con éxito.
Y es que no es fácil sobreponerse a la marcha de jugadores de talla mundial como Calderón, Scola, Oberto, Nocioni, Garbajosa, Tomasevic, Planinic, Prigioni... La lista es interminable. Sin embargo, el Baskonia en todo momento ha salido indemne a la fuga de sus figuras. Cada verano, al club gasteiztarra le toca su particular operación renove.
La NBA o los clubes más poderosos del continente tienen por costumbre echar sus redes en el caladero baskonista, por lo que cada año toca casi empezar de cero. Este ejercicio no ha sido menos. Buena prueba de ello es que nada menos que la friolera de nueve de los doce jugadores que están disputando esta final no pertenecían al Caja Laboral la pasada temporada -Ribas, Palacio, Huertas, Eliyahu, Golubovic, English, Oleson, Buesa y Herrmann-.
Y es que el Caja Laboral vio cómo le birlaban el pasado verano a cuatro jugadores básicos en el proyecto del curso 2008-09 como el killer Rakocevic, un icono del baskonismo como Vidal, un cerebro pretendido por media Europa como Prigioni además de Pete Mickeal, el mejor tres del continente.
LLEGA GENTE CON HAMBRE Pues bien, los del Buesa han conseguido volver a reinar en la competición doméstica gracias al buen tino de Querejeta y el resto de responsables del cuerpo técnico del conjunto vitoriano a la hora de reforzar la plantilla.
El pasado verano consiguieron pescar en el mercado a jóvenes valores como Ribas o Eliyahu, un base de futuro con un más que notable presente como Marcelinho Huertas, un killer como Oleson y un veterano curtido en mil batallas como Herrmann. Jugadores jóvenes, de carácter, con hambre y del más puro estilo Baskonia.
Todos ellos, unidos a la base del pasado ejercicio con Splitter a la cabeza, junto a San Emeterio y Teletovic, han conseguido mantener al inquilino del Buesa en la élite un año más. De nuevo, la maestra gestión de Querejeta y su equipo ha servido para que el inquilino del Buesa saboree un éxito por el que muy pocos hubieran apostado. La supuesta liga bipolar entre Barça y Madrid ha quedado hecha añicos por este irreverente Baskonia, que lleva el sello de Querejeta. Su particular arquitecto.
El presidente del Baskonia (Lazkao, 1957) ha conseguido bajo su dirección instalar al conjunto gasteiztarra en la élite. El crecimiento desde que accediera al cargo en 1988 ha sido espectacular. En estos 22 años, el club ha pasado de contar con una masa social de 1.500 aficionados a suspirar por rebasar los 8.000 para el próximo curso, mientras que el primer presupuesto que asumió la directiva comandada por Querejeta rondaba los 600.000 euros y este año ya superaba los 15 millones de euros.
Los títulos y campañas más que notables han sido también una constante en estos últimos años. Tres Ligas, cuatro Supercopas, seis Copas del Rey, la Supercopa de Europa en 1996 y cuatro participaciones en una Final Four para un equipo que cuenta con presupuestos mucho más reducidos que cualquiera de los grandes trasatlánticos del continente.
El secreto está en la gestión de Querejeta. El principal responsable de los proyectos del Baskonia, pese a que él no se quiera poner medallas. Y es que detrás de todos estos éxitos hay un gran trabajo y, sobre todo, una gestión novedosa que permita generar recursos extras. Esa es una de las claves de la estabilidad del club. Antes de la llegada de Querejeta, el patrocinador del equipo aportaba casi el 60% del presupuesto. En estos últimos años, sólo cubre en torno al 15%.
El conjunto azulgrana ha invertido en otros campos -La Ciudad deportiva del BAKH, las tiendas Baskonia Store o el Next Baskonia, centro de ocio situado en El Boulevard- con el que generar otros ingresos. "Nosotros tenemos que competir con ciudades como Barcelona, Madrid, Atenas o Moscú, desde una Vitoria con 250.000 habitantes". Pues bien, el ahora Caja Laboral pelea con todos ellos de tú a tú.
Otra de las claves del éxito de los del Buesa Arena está en reclutar a jóvenes valores de mercados como el argentino, brasileño o los balcanes y cederlos para que se formen en otros equipos antes de explotar en el Baskonia. Ahí están los casos de Scola, Nocioni o Splitter por ejemplo. Calderón también vivió un peregrinaje similar, ya que antes de brillar en Vitoria tuvo que foguearse en Alicante o Fuenlabrada. Lamentablemente todos ellos dejaron en su momento la capital alavesa, dejando un hueco difícil de llenar. Eso sí, su salida dio importantes réditos económicos al club, que pese a la gran pérdida deportiva, consiguió continuar creciendo.
La mano mágica que impidió que el proyecto del Baskonia se viniese abajo por la fuga de sus talentos fue la de Josean Querejeta. Por todo ello, la Euroliga condecoró en 2005 a Josean Querejeta con el premio al "Mejor Ejecutivo del Año" de la máxima competición continental. Este galardón fue el primero que entregó la Euroliga a alguien que no fuese jugador ni entrenador. Se lo dio a un arquitecto.