En cuanto al resultado, la final me está dejando un poco perplejo. No cabe duda de que el 0-2 nos ha sorprendido a todos pese a que yo siempre digo que las finales hay que jugarlas. Que el Baskonia esté dando la cara y actúe con tanta fe y fuerza no me ha sorprendido en absoluto. Siempre hay una parte de mérito y otra de demérito a la hora de explicar por qué se producen las cosas. Lo que sí creo es que la iniciativa la está llevando el Caja Laboral en cuanto al tipo de partido que más le conviene a sus intereses. Por encima de todo, ha conseguido que haya un marcador corto y que el Barcelona no corra. Cuando lo consigue, es imbatible, de ahí su sufrimiento. Defensivamente hablando, el cuadro vitoriano ha estado perfecto y con inteligencia. Antes de la final, había un claro favorito y un aspirante para el que resultaba más cómodo afrontar los partidos de esta manera. Llevar eso a la práctica es muy difícil. Sí estoy notando que el Barça, sin una de sus mejores versiones, ha disfrutado de opciones en los dos partidos. A poco que eleve su nivel y que cuente con la mejor versión de Ricky y Navarro, bastante difuminado hasta la fecha, se verá un conjunto más potente. Hay que ser objetivos y la trayectoria culé ha sido impresionante durante la campaña, paseándose en todas las finales. Por tanto, no se debe enterrarle antes de tiempo, ya que en Vitoria puede volver a recuperar su esplendor. Estoy convencido de que puede darle la vuelta a la tortilla. A su favor juega el hecho de que el Baskonia tendrá ahora una presión diferente a la de los primeros encuentros. Dusko Ivanovic ha logrado que el equipo madure a lo largo de la temporada y no dependa de un solo jugador, aunque es obvio que Tiago se encuentra en otra dimensión. La labor que desempeña en el poste bajo a la hora de hacer bloqueos y dar dureza mental al equipo no sale reflejada en la estadística, pero él lo consigue a diario con una facilidad pasmosa. Es impresionante cómo un jugador de su calidad se juega la falta en cada balón al poste bajo. Considero que todavía hay final.