Vitoria, 14 jun (EFE).- El Caja Laboral afronta en el Buesa Arena el tercer partido de la final de la ACB con la posibilidad de sentenciar el título por la vía rápida y proclamarse campeón de liga por tercera vez en su historia.
Con el apoyo de una entregada afición, que abarrotará las gradas del coliseo baskonista, el Caja Laboral espera repetir las dos actuaciones de Barcelona para tumbar al favorito.
La serie cambia de escenario para llegar a la capital alavesa donde, en el peor de los casos, el Caja Laboral va a disponer de dos partidos para hacer historia y alzarse con el trofeo de campeón.
Dusko Ivanovic ha dado con la tecla para desencajar y hacer perder el paso a la poderosa maquinaria blaugrana que, acostumbrada a anotar casi noventa puntos en cada partido, sólo ha sido capaz de promediar 61 en los dos primeros duelos de la final.
El trabajo defensivo del colectivo baskonista volverá a ser clave para cerrar el campeonato. Una tarde más la defensa sobre Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro y Pete Mickeal será determinante para que los de Xavi Pascual no tengan la claridad de ideas que hasta esta serie han enseñado.
El montenegrino ha demostrado en los dos primeros partidos haber ganado la batalla táctica a Xavi Pascual, que se ha mostrado incapaz de encontrar alternativas entre su amplio arsenal de recursos a los plantemientos del entrenador de Caja Laboral.
El factor mental también lo tiene ganado el Caja Laboral, porque después de ganar en el Palau dos veces en 48 horas el equipo vitoriano ha asestado un duro golpe al catalán, que ha perdido la confianza mostrada durante toda la temporada.
El ejemplo del segundo partido fue el más evidente, cuando los locales dominaron el marcador durante 37 minutos y el arreón final del Baskonia le llevó a tomar su primera ventaja para no cederla hasta el bocinazo final, dando una lección de templanza y cabeza fría en los segundos finales.
La excesiva dependencia de Splitter como referencia y faro del juego baskonista no ha sido ningún problema, porque han emergido figuras como la de Huertas o San Emeterio.
El MVP de la fase regular cuajó en el segundo duelo uno de sus partidos más flojos, pero encontró el apoyo de jugadores, además del cántabro, capaces de aguantar al equipo.
Marcelinho Huertas ha llegado al duelo por el título en su mejor momento de juego y, tanto en semifinales como ante el Regal Barcelona, ha aparecido siempre en los minutos finales para desequilibrar los partidos con canastas inverosímiles y determinantes. EFE